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Éxodo 3:8 - Nueva Biblia Española (1975)

8 Y he bajado a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel, el país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos.

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Biblia Reina Valera 1960

8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Por eso he descendido para rescatarlos del poder de los egipcios, sacarlos de Egipto y llevarlos a una tierra fértil y espaciosa. Es una tierra donde fluyen la leche y la miel, la tierra donde actualmente habitan los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 y por esta razón estoy bajando, para librarlo del poder de los egipcios y para hacerlo subir de aquí a un país grande y fértil, a una tierra que mana leche y miel, al territorio de los cananeos, de los heteos, de los amorreos, los fereceos, los jeveos y los jebuseos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Descenderé, pues, para librarlo de mano de los egipcios y para hacerlo subir de ese país a una tierra buena y ancha, a una tierra que fluye leche y miel,° al lugar del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 He bajado para liberarlo de la mano de los egipcios y subirlo de ese país a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los perizeos, los jiveos y los jebuseos.

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Éxodo 3:8
54 Tagairtí Cros  

'El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres;


Vamos a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo.


El Señor dijo a Abrán: Has de saber que tu descendencia vivirá como forastera en tierra ajena, tendrá que servir y sufrir opresión durante cuatrocientos años;


pero yo juzgaré al pueblo a quien han de servir, y al final saldrán cargados de riquezas.


voy a bajar a ver si realmente sus acciones responden o no a la acusación.


Israel, su padre, les respondió: Si no hay más remedio, háganlo; tomen productos del país en sus vasijas y llévenselos como regalo a aquel hombre: un poco de bálsamo, un poco de miel, goma, resina, mirra, pistacho y almendra,


Yo bajaré contigo a Egipto y yo te haré subir; y José te cerrará los ojos.


José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir. Dios se ocupará de ustedes y los llevará de esta tierra a la tierra que prometió a Abrahán, Isaac y Jacob.


Viste que su corazón te era fiel e hiciste con él un pacto para darle la tierra de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, jebuseos y guirgaseos, a él y a su descendencia. Y cumpliste la palabra porque eres leal.


y la lengua fanfarrona de los qué dicen: 'La lengua es nuestra valentía, nuestros labios nos defienden, ¿quién será nuestro amo?'.


El Señor responde: 'Por la opresión del humilde, por el lamento del pobre, ahora me levanto y pongo a salvo al que lo anhela'.


Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el varón que se acoge a él.


me invocará y lo escucharé; con él estaré en el peligro, lo defenderé, lo honraré;


Cumplidos los cuatrocientos treinta años, el mismo día, salieron de Egipto los escuadrones del Señor.


Y aquel mismo día el Señor sacó de Egipto a los israelitas, por escuadrones.


Cuando el Señor te haya introducido en la tierra de los cananeos, los amorreos, los heveos y los jebuseos, que juró a tus padres darte, tierra que mana leche y miel, entonces en este mes celebrarás el siguiente rito:


He decidido sacarlos de la opresión egipcia y llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel.


Cumple lo que yo te mando hoy, y te quitaré de delante a amorreos, cananeos, hititas, fereceos, heveos y jebuseos.


Desde que me presenté al Faraón para hablar en tu nombre, el pueblo es maltratado y tú no has librado a tu pueblo.


hasta que llegue yo, para llevarlos a una tierra como la suya, tierra de grano y de mosto, tierra de pan y de viñas.


¡Ojalá rasgaras el cielo y bajaras, derritiendo los montes con tu presencia,


Así cumpliré la promesa que hice a sus padres de darles una tierra que mana leche y miel. Hoy es un hecho. Yo respondí: Amén, Señor.


Yo les conduje a un país de huertos, para que comieran sus frutos sabrosos; pero entraron y contaminaron mi tierra, hicieron abominable mi heredad.


Les diste esta tierra, que habías jurado a sus padres darles, tierra que mana leche y miel,


Aquel día les juré con la mano en alto sacarlos de Egipto y llevarlos a una tierra que yo mismo les había explorado: manaba leche y miel, era la perla de las naciones.


Les he dicho: ustedes poseerán su tierra; yo se la voy a dar en posesión, una tierra que mana leche y miel. Yo soy el Señor, su Dios, que los he separado de los demás pueblos.


Yo los saqué a ustedes de Egipto, los conduje por el desierto cuarenta años, para que conquistaran el país amorreo.


Observen cómo es el país y sus habitantes: si son fuertes o débiles, escasos o numerosos;


cómo es la tierra, buena o mala; cómo son las ciudades que habitan, de tiendas o amuralladas;


Y les contaron: Hemos entrado en el país adonde nos enviaste; es una tierra que mana leche y miel; aquí tienen sus frutos.


Y nadie sube al cielo para quedarse más que el que ha bajado del cielo, este Hombre'.


porque no estoy aquí bajado del cielo para realizar un designio mío, sino el designio del que me mandó.


tomaron muestras de los frutos del país, bajaron y nos informaron: 'Es buena la tierra que el Señor, nuestro Dios, va a darnos'.


Pónganse en camino y diríjanse a las montañas amorreas y a las poblaciones vecinas dé la estepa, la sierra, la Sefela, el Negueb y la costa. O sea, el territorio cananeo, el Líbano y hasta el Río Grande, el Eufrates.


escribirás en ellas todos los artículos de esta ley, en conmemoración de tu entrada en la tierra que va a darte el Señor, tu Dios, una tierra que mana leche y miel, como te dijo el Señor, Dios de tus padres.


Que el Señor te enriquezca con el fruto de tu vientre, el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo, en la tierra que el Señor había prometido a tus padres que te daría a ti.


Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcan mucho. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: 'Es una tierra que mana leche y miel'.


Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra donde entras para tomar posesión de ella y expulse a tu llegada a naciones más grandes que tú -hititas, guirgasitas, amorreos, cananeos, fereceos, heveos y jebuseos-, siete pueblos más numerosos y fuertes que tú;


Porque los israelitas anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que la generación de guerreros que habían salido de Egipto y que no obedecieron al Señor se acabó, conforme a su juramento de que no verían la tierra que el Señor había jurado a sus padres que les daría, una tierra que mana leche y miel.


Cuando se enteraron los reyes de Cisjordania, de la montaña, la Sefela y toda la costa mediterránea hasta el Líbano (hititas, amorreos, cananeos, fereceos, heveos y jebuseos),


Los israelitas respondieron a aquellos heveos: A lo mejor viven aquí cerca. ¿Cómo vamos a hacer un tratado de paz con ustedes?


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