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Éxodo 15:13 - Nueva Biblia Española (1975)

13 guiaste con tu lealtad al pueblo que habías rescatado, lo llevaste con tu poder hasta tu santa morada.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; Lo llevaste con tu poder a tu santa morada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 »Con tu amor inagotable guías al pueblo que redimiste. Con tu poder los guías a tu hogar sagrado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Guiaste con amor al pueblo que rescataste, lo llevaste con poder a tu santa morada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 En tu misericordia condujiste Al pueblo° que redimiste, Lo has guiado con tu fortaleza, Hacia la morada de tu santidad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Guiaste con tu gracia al pueblo que rescataste, con poder lo has conducido a tu santa morada.

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Éxodo 15:13
21 Tagairtí Cros  

Y como no se decidía, los agarraron de la mano, a él, a su mujer y a las dos hijas, a quienes el Señor perdonaba; los sacaron y los guiaron fuera de la ciudad.


Entonces el rey dijo a Sadoc: Vuélvete con el arca de Dios a la ciudad. Si alcanzo el favor del Señor, me dejará volver a ver el arca y su morada.


Con columna de nube los guiaste de día, con columna de fuego de noche, para iluminarles el camino que debían recorrer.


Increpó al Mar Rojo, y quedó seco; los condujo entre las olas como por el desierto;


Acuérdate de la comunidad que adquiriste antaño, de la tribu que rescataste para poseerla, del monte Sión donde pusiste tu morada.


mientras guiabas a tu pueblo como a un rebaño, por la mano de Moisés y de Aarón.


se acordaban de que Dios era su Roca; el Dios Altísimo, su redentor.


Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como a un rebaño;


los asaltaron tu espanto y tu pavor, los dejó petrificados la grandeza de tu brazo, mientras pasaba tu pueblo, Señor, mientras pasaba el pueblo que te habías comprado.


Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu trono, Señor; santuario, Señor, que fundaron tus manos.


Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud.


por tanto, diles a los israelitas: Yo soy el Señor, les quitaré de encima las cargas de los egipcios, los libraré de su esclavitud, los rescataré con brazo extendido y haciendo justicia solemne.


¿No eres tú quien secó el mar y las aguas del Gran Océano; el que hizo un camino por el fondo del mar para que pasaran los redimidos?


porque así dice el Alto y Excelso, Morador eterno, cuyo nombre es Santo: Yo moro en la altura sagrada, pero estoy con los de ánimo humilde y quebrantado, para reanimar a los humildes, para reanimar el corazón quebrantado.


El fue su salvador en el peligro: no fue un mensajero ni un enviado, él en persona los salvó, por su amor y su clemencia los rescató, y los liberó y los llevó siempre a cuestas en el pasado.


en vez de preguntar: ¿Dónde está el Señor? El que nos sacó de Egipto y nos condujo por el desierto, por estepas y barrancos, tierra sedienta y sombría, tierra que nadie atraviesa, que ninguno habita.


De ellos éramos también nosotros, pues todos vivíamos antes sujetos a los bajos deseos, obedeciendo a los caprichos del instinto y de la imaginación, y, naturalmente, estábamos destinados a la reprobación como los demás. Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor que nos tuvo,


reservada en el cielo para ustedes, que, gracias a la fe, están custodiados por la fuerza de Dios; para la salvación dispuesta a revelarse en el momento final.


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