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Ester 2:18 - Nueva Biblia Española (1975)

18 Después ofreció un gran banquete, en honor de Ester, a todos sus generales y oficiales, ordenó un día de descanso y repartió regalos con esplendidez regia.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Hizo luego el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el banquete de Ester; y disminuyó tributos a las provincias, e hizo y dio mercedes conforme a la generosidad real.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Para celebrar la ocasión, ofreció un gran banquete en honor de Ester a todos sus nobles y funcionarios, decretó día de fiesta para las provincias y entregó generosos regalos a todos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Después de eso, el rey dio un gran banquete en honor de Ester a todos los altos funcionarios y a sus cortesanos; otorgó un día feriado en todas las provincias y distribuyó regalos con una real generosidad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y el rey celebró un gran banquete para todos sus príncipes y servidores: el banquete de Ester; y condonó tributos° a las provincias, y dio presentes conforme a la generosidad del rey.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Dio el rey un gran festín a todos sus grandes y servidores: el festín de Ester. También decretó un día de descanso para las provincias y repartió dones con regia liberalidad.

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Ester 2:18
14 Tagairtí Cros  

Labán reunió a todos los hombres del lugar y les ofreció un banquete.


Los levitas acallaban al pueblo, diciendo: Silencio, que es un día santo; no estén tristes.


Había copas de oro para la bebida, todas distintas, y vino abundante, ofrecido por el rey con esplendidez regia.


por Ser los días en los cuales los judíos quedaron libres de sus enemigos y el mes en que se les cambió la tristeza en alegría y el luto en fiesta. Que los declararan días festivos, que se hicieran regalos y dieran también a los pobres.


¡Muchachas de Sión, salgan para ver al rey Salomón, con la rica corona que le ciñó su madre el día de su boda, día de fiesta de su corazón!


Ya vengo a mi jardín, hermana y novia mía, a recoger el bálsamo y la mirra, a comer de mi miel y mi panal, a beber de mi leche y de mi vino. Compañeros, coman y beban, embriáguense, mis amigos.


Se parece el reinado de Dios a un rey que celebraba la boda de su hijo.


La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.


Cuando alguien te invita a una boda, no te sientes en el puesto principal, que a lo mejor ha invitado a otro de más categoría que tú,


Los habitantes de la tierra se felicitarán por su muerte, harán fiesta y se cambiarán regalos, porque estos dos profetas eran un tormento para los habitantes de la tierra.


Entonces me dijo: 'Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero'. Y añadió: 'Estas palabras verídicas son de Dios'.


Pregunta a tus sirvientes y te lo dirán. Atiende favorablemente a estos muchachos, que venimos en un día de alegría. Haz el favor de darle a David, siervo e hijo tuyo, lo que tengas a mano'.


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