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Esdras 3:12 - Nueva Biblia Española (1975)

12 Muchos sacerdotes, levitas y cabezas de familia -los ancianos que habían visto con sus propios ojos el primer templo- lloraban a voces, mientras otros muchos lanzaban gritos de alegría.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Sin embargo, muchos de los sacerdotes, levitas y otros líderes de edad avanzada que habían visto el primer templo lloraron en voz alta al ver los cimientos del nuevo templo. Los demás, en cambio, gritaban de alegría.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Muchas personas de edad, sacerdotes y levitas, jefes de familia que habían conocido el primer templo, lloraban abundantemente mientras se ponían ante su vista los cimientos, pero muchos otros dejaban escapar sus alegres exclamaciones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pero muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de familias, aquellos ancianos que habían visto la Casa primera,° viendo echar los cimientos de esta Casa ante sus ojos, lloraban en alta voz, en tanto que otros muchos daban gritos de júbilo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Sin embargo, muchos sacerdotes, levitas y jefes de familia, ya ancianos, que habían visto el primer templo, lloraban con grandes gemidos al ver con sus propios ojos echar los cimientos de este templo; pero otros muchos lanzaban clamores de alegría.

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Esdras 3:12
12 Tagairtí Cros  

Y era imposible distinguir entre gritos de alegría y sollozos, porque el clamor de la gente era tan grande que se oía desde lejos.


tu pasado será una pequeñez comparado con tu magnífico futuro.


al ir iba llorando llevando la semilla, al volver vuelve cantando trayendo sus gavillas.


¡Aleluya! Alaben al Señor, que la música es buena, nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.


No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio -oráculo del Señor- , tu redentor es el Santo de Israel.


El pequeño crecerá hasta mil, y el menor se hará pueblo numeroso: yo soy el Señor y apresuraré el plazo.


En aquellos días y en aquella hora -oráculo del Señor- vendrán juntos israelitas y judíos, llorando y buscando al Señor, su Dios;


¿Queda alguien entre ustedes que haya visto este templo en su esplendor primitivo?, ¿cómo lo encuentran ahora?, ¿no les parece que no existe?


Y me dijo: Son los dos ungidos que sirven al Dueño de todo el mundo.


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