Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Daniel 10:3 - Nueva Biblia Española (1975)

3 no comía manjares exquisitos, no probaba vino ni carne, ni me ungía durante las tres semanas.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

3 No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 En todo ese tiempo no comí nada pesado. No probé carne ni vino, ni me puse lociones perfumadas hasta que pasaron esas tres semanas.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Durante esas tres semanas no probé comidas exquisitas, me privé de carne y de vino y renuncié a cualquier perfume.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

3 No comí manjar delicado, ni carne ni vino entraron en mi boca, ni me ungí con ungüento, hasta que fueron cumplidas tres semanas enteras.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 No comí manjares delicados; ni carne ni vino entraron en mi boca; y no me ungí hasta que se cumplieron las tres semanas.

Féach an chaibidil Cóip




Daniel 10:3
11 Tagairtí Cros  

Meribaal, nieto de Saúl, bajó al encuentro del rey. No se había lavado los pies, ni arreglado la barba, ni lavado la ropa desde que tuvo que irse el rey hasta el día en que volvía victorioso.


hasta que aborrece la comida y le repugna su manjar favorito;


Me dijo: No temas, Daniel. Desde el día aquel en que te dedicaste a estudiar y a humillarte ante Dios, tus palabras han sido escuchadas y yo he venido a causa de ellas.


Se llevará a Egipto sus dioses e ídolos y el ajuar precioso de oro y plata, y por unos años dejará en paz al rey del norte.


Luego el rey volvió a palacio, pasó la noche en ayunas, sin mujeres y sin poder dormir.


(por eso se calla entonces el prudente, porque es un momento peligroso).


Saquen plata, saquen oro, el depósito es inacabable, qué abundancia de toda clase de enseres preciosos.


Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara,


Tú no me echaste ungüento en la cabeza; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume.


Porque no quiero que olviden, hermanos, que nuestros antepasados estuvieron todos bajo la nube, que todos atravesaron el mar y que, en la nube y en el mar,


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí