Cantares 1:12 - Nueva Biblia Española (1975)

¹² Mientras el rey estaba en su diván, mi nardo despedía su perfume.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

¹² Mientras el rey estaba en su reclinatorio, Mi nardo dio su olor.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² El rey está descansando en su sofá, encantado por la fragancia de mi perfume.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² Mientras el Rey estaba en su aposento se sentía el olor de mi perfume.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² Ella Mientras el rey está en su reclinatorio,° Mi nardo difunde su fragancia.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Mientras el rey está en su diván, mi nardo exhala su fragancia.

Cantares 1:12 Tagairtí Cros

Salmos 45:1

Me brota del corazón un poema bello, recito mis versos a un rey: mi lengua es ágil pluma de escribano.

Cantares 1:11

Te haremos pendientes de oro, incrustados de plata.

Cantares 7:5

tus cabellos de púrpura, con sus trenzas, cautivan a un rey.

Mateo 22:11

Cuando entró el rey a echar un vistazo a los invitados, reparó en uno que no iba vestido de fiesta'

Mateo 22:4

Todavía les envió otros sirvientes, encargándoles que dijeran a los convidados: Tengo preparado el banquete, he matado los terneros y los animales cebados y todo está a punto. Vengan a la boda.

Mateo 25:34

Entonces dirá el rey a los de su derecha: Vengan, benditos de mi Padre; hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.

Marcos 14:3

Estando Jesús en Betania, reclinado a la mesa en casa de Simón el leproso, llegó una mujer llevando un frasco de perfume de nardo auténtico muy caro; quebró el frasco y se lo derramó en la cabeza.

Juan 12:3

Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo auténtico, de mucho precio, le ungió los pies a Jesús y, además, le secó los pies con el pelo. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Filipenses 4:18

Este es mi recibo por todo: tengo de sobra, he quedado bien provisto al recibir lo que me mandan con Epafrodito: es un incienso perfumado, un sacrificio aceptable que agrada a Dios.

Apocalipsis 3:20

Mira que estoy a la puerta llamando: si uno me oye y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.