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Apocalipsis 12:8 - Nueva Biblia Española (1975)

8 pero no vencieron y desaparecieron del cielo definitivamente;

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Biblia Reina Valera 1960

8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 El dragón perdió la batalla y él y sus ángeles fueron expulsados del cielo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 pero no prevaleció, ni fue hallado ya en el cielo lugar para ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero no prevaleció ni hubo lugar para ellos en el cielo.

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Apocalipsis 12:8
18 Tagairtí Cros  

los ojos que lo veían no lo vuelven a mirar, el sitio que ocupaba no lo ve más.


no vuelve a su casa, su morada no vuelve a verlo.


Pero si lo arrancan de su sitio, éste reniega de él: 'Nunca te he visto'.


cuánta guerra me han hecho desde mi juventud, pero no pudieron conmigo.


Atiende y respóndeme, Señor, Dios mío; sigue dando luz a mis ojos, líbrame del sueño de la muerte;


Aguarda un momento: ya no está el malvado; fíjate en su sitio: ya no está ahí;


lucharán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para librarte -oráculo del Señor- .


¿A mí no me respetan, no tiemblan en mi presencia? -oráculo del Señor- . Yo puse la arena como frontera del mar, límite perpetuo que no traspasa; hierve impotente, mugen sus olas, pero no lo traspasan;


Ahora te digo yo: Tú eres Piedra, y sobre esta roca voy a edificar la Iglesia mía


a fin de que, en este servicio apostólico, ocupe el puesto que dejó Judas para marcharse al que le correspondía.


y que a los ángeles que no se mantuvieron en su rango y abandonaron su propia morada los tiene guardados para el juicio del gran día, atados en las tinieblas con cadenas perpetuas.


ellos lo vencieron con la sangre del Cordero y con el testimonio que pronunciaron sin preferir la vida a la muerte.


En el cielo se trabó una batalla. Miguel y sus ángeles declararon guerra al dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles,


al gran dragón, a la serpiente primordial que se llama diablo y Satanás y extravía a la tierra entera, lo precipitaron a la tierra y precipitaron a sus ángeles con él.


Vi un trono magnífico y brillante y al que estaba sentado en él; huyeron de su presencia la tierra y el cielo y desaparecieron definitivamente.


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