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2 Reyes 1:3 - Nueva Biblia Española (1975)

3 Pero el ángel del Señor dijo a Elías, el tesbita: Anda, sal al encuentro de los mensajeros del rey de Samaria y diles: '¿Es que no hay Dios en Israel, para que vayan a consultar a Belcebú, dios de Ecrón?'.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Entonces el ángel de Jehová habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Entonces el ángel del Señor le dijo a Elías, quien era de Tisbé: «Ve y enfrenta a los mensajeros del rey de Samaria, y pregúntales: “¿Acaso no hay Dios en Israel? ¿Por qué recurren a Baal-zebub, dios de Ecrón, a consultarle si el rey va a recuperarse?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Pero el ángel de Yavé dijo a Elías de Tisbé: 'Levántate y sal al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría. Les dirás: ¿Así que ya no hay más Dios en Israel que van a consultar a Baalcebub, el dios de Ecrón?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Entonces el ángel° de YHVH dijo a Elías tisbita: Levántate, sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samaria y diles: ¿Es porque no hay ’Elohim en Israel por lo que vais a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Pero el ángel de Yahveh dijo a Elías el tesbita: 'Ve y sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría, y diles: '¿Acaso no hay Dios en Israel y por eso vais a consultar a Baal-Zebub, dios de Ecrón?'.

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2 Reyes 1:3
21 Tagairtí Cros  

porque me ha abandonado y ha adorado a Astarté, diosa de los fenicios; a Camós, dios de Moab; a Malcón, dios de los amonitas, y no ha caminado por mis sendas practicando lo que yo apruebo, mis mandatos y preceptos, como su padre, David.


Elías, el tesbita (de Tisbé de Galaad), dijo a Ajab: ¡Vive el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo! En estos años no caerá rocío ni lluvia si yo no lo mando.


Pasó mucho tiempo. El año tercero dirigió el Señor la palabra a Elías: Preséntate a Ajab, que voy a mandar lluvia a la tierra.


Llegada la hora de la ofrenda, el profeta Elías se acercó y oró: ¡Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel! Que se vea hoy que tú eres el Dios del Israel y yo tu siervo, que he hecho esto por orden tuya.


Se echó bajo la retama y se durmió. De pronto, un ángel lo tocó y le dijo: ¡Levántate, come!


Pero el ángel del Señor lo volvió a tocar y le dijo: ¡Levántate, come! Que el camino es superior a tus fuerzas.


Entonces el Señor dirigió la palabra a Elías, el tesbita:


En Samaria, Ocozías se cayó por el mirador, desde el piso de arriba, y quedó malherido. Entonces despachó unos mensajeros con este encargo: Vayan a consultar a Belcebú, dios de Ecrón, a ver si me curo de estas heridas.


Le contestaron: Nos salió al encuentro un hombre y nos dijo que nos volviéramos al rey que nos había enviado, y que le dijéramos: 'Así dice el Señor: ¿Es que no hay un Dios en Israel, para que mandes a consultar a Belcebú, dios de Ecrón? Por eso no te levantarás de la cama donde te has acostado. Morirás sin remedio'.


Le contestaron: Llevaba una piel ceñida con un cinturón de cuero. El rey comentó: ¡Elías, el tesbita!


Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra más que- el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.


El profeta Eliseo se enteró de que el rey de Israel' se había rasgado las vestiduras, y le envió este recado: ¿Por qué te has rasgado las vestiduras? Que venga a mí y verá que hay un profeta en Israel.


Dios se manifiesta en Judá, su fama es grande en Israel;


Cierto, les dirán: Consulten a los espíritus y adivinos que susurran y musitan: ¿No consulta un pueblo a sus dioses, y a los muertos acerca de los vivos,


Los devotos de los ídolos faltan a su lealtad;


También los letrados, que habían bajado de Jerusalén, iban diciendo que tenía dentro a Belcebú, y que expulsaba a los demonios con poder del jefe de los demonios.


El ángel del Señor habló así a Felipe: Anda, ponte en camino hacia el sur, por la carretera de Jerusalén a Gaza (la que cruza el desierto).


Hoy te entregará el Señor en mis manos, te venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los del campamento filisteo a las aves del cielo ya las fieras de la tierra, y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel,


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