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1 Juan 2:24 - Nueva Biblia Española (1975)

24 Por su parte, siga con ustedes lo que aprendieron desde el principio; si eso que aprendieron desde el principio sigue con ustedes, también ustedes seguirán con el Hijo y el Padre;

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Biblia Reina Valera 1960

24 Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Por lo tanto, ustedes deben seguir fieles a lo que se les ha enseñado desde el principio. Si lo hacen, permanecerán en comunión con el Hijo y con el Padre;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Permanezca en ustedes lo que oyeron desde el principio; si permanece en ustedes lo que oyeron desde el comienzo, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Lo que vosotros oísteis desde un principio, permanezca en vosotros. Si lo que oísteis desde un principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 En cuanto a vosotros, que permanezca en vosotros lo que desde el principio habéis oído. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.

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1 Juan 2:24
27 Tagairtí Cros  

en mi corazón escondo tus consignas, así no pecaré contra ti;


compra la verdad y no la vendas, la sensatez, la educación y la prudencia;


siguiendo lo que nos han transmitido los que fueron testigos oculares desde el principio y luego se hicieron predicadores del mensaje.


Entre la admiración general por todo lo que hacía, dijo Jesús a sus discípulos: 'Ustedes métanse bien esto en la cabeza: a este Hombre lo van a entregar en manos de los hombres.


Jesús le contestó: Uno que me ama, cumplirá mi mensaje, mi Padre lo amará, vendremos a él y nos quedaremos a vivir con él.


Si se quedan conmigo y mis exigencias quedan en ustedes, pidan lo que quieran que se realizará.


Quien come mi carne y bebe mi sangre sigue conmigo y yo con él;


Entonces le preguntaron: Y ¿quién eres tú? Les contestó Jesús: Ante todo, eso mismo que les estoy diciendo.


Ustedes los filipenses saben además que desde que salí de Macedonia y empecé la misión, ninguna iglesia, aparte de ustedes, se hizo cargo de pagar mis cuentas.


El mensaje del Mesías habite entre ustedes en toda su riqueza: enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan; con agradecimiento canten a Dios de corazón salmos, himnos y cánticos inspirados;


Por esa razón, para no ir a la deriva, tenemos que prestar más atención a lo aprendido.


Porque somos compañeros del Mesías siempre que mantengamos firme hasta el final la actitud del principio,


eso que vimos y oímos se lo anunciamos ahora para que sean ustedes solidarios con nosotros; pero, además, esta solidaridad nuestra lo es con el Padre y con su Hijo Jesús, el Mesías.


En cambio, cuando nos movemos en la luz, imitándolo a él, que está en la luz, somos solidarios unos de otros y, además, la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.


ese antiguo mandamiento es el mensaje que escucharon.


Quien cumple sus mandamientos está con Dios y Dios con él, y así, gracias al Espíritu que nos dio, conocemos que Dios está con nosotros.


y esta prueba tenemos de que estamos con él y él con nosotros, que nos ha hecho participar de su Espíritu.


Si uno confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está con él y él con Dios;


por nuestra parte, el amor que Dios mantiene entre nosotros ya lo conocemos y confiamos en él. Dios es amor: quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios con él.


gracias a la verdad que está en nosotros y que nos acompañará para siempre.


Quien va demasiado lejos y no se mantiene en la enseñanza del Mesías, no tiene a Dios; quien permanece en esa enseñanza, ése sí tiene al Padre y al Hijo.


¡Qué alegría tuve cuando llegaron unos hermanos y nos hablaron de tu sinceridad, de lo sinceramente que tú procedes!


Llego en seguida, mantén lo que tienes, para que nadie te quite tu corona.


Recuerda, por tanto, lo que oíste y aún mantienes, haz caso y enmiéndate, que, si no estás en vela, llegaré como un ladrón sin que te des cuenta de la hora de mi llegada.


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