Salmos 55 - Biblia Martin Nieto1 Al maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Maskil de David 2 Oh Dios, escucha mi oración, no te ocultes cuando te suplico, 3 atiéndeme, respóndeme; mi lamento me angustia, me turbo 4 ante la voz de mi enemigo y bajo la presión de un criminal, pues desencadenan desdichas contra mí y me atacan con rabia; 5 mi corazón en mi pecho se retuerce, me asaltan los pavores de la muerte; 6 me invaden el miedo y el temblor, y el espanto me envuelve. 7 Entonces me digo: ¡Quién me diera alas para volar como el águila en busca de un refugio! 8 Sí, me iría muy lejos, para pasar la noche en el desierto, 9 a toda prisa buscaría un refugio contra la tempestad y contra el viento. 10 Dispérsalos, Señor, confúndeles las lenguas, pues he visto en la ciudad la discordia y la violencia; 11 sobre las murallas la rondan noche y día, y dentro de ella la opresión y el crimen; 12 en su interior no hay más que corrupción, sus calles están llenas de opresión y de estafa. 13 Si un enemigo me ultrajara, yo lo soportaría; si un adversario se alzara contra mí, de él me escondería, 14 pero eres tú, un hombre de los míos, mi familiar, mi amigo íntimo; 15 nos intercambiábamos dulces confidencias, íbamos muy unidos a la casa de Dios. 16 Que se mueran todos, que bajen vivos al abismo, pues la iniquidad se ha instalado en ellos como en su propia casa. 17 Yo invocaré a Dios, el Señor me salvará. 18 Tarde, mañana y mediodía gimo y suspiro; él ha oído mis gritos, 19 me ha librado y rescatado, sano y salvo, de todos los que me atacaban, que eran muchos. 20 Dios me escuchará y los humillará el que reina eternamente, pero no tienen enmienda, pues no temen a Dios. 21 Levantan la mano contra sus aliados y rompen el pacto; 22 su boca es más dulce que la crema, pero su corazón hace la guerra; sus palabras, más suaves que el aceite, son espadas desnudas. 23 Encomienda a Dios tus cuidados y él te sostendrá, no permitirá que el hombre justo caiga. |
Evaristo Martín Nieto©