Nadie puede servir a dos señores, porque odiará a uno y amará al otro, o al revés; así que no pueden servir a Dios y al mismo tiempo idolatrar a las riquezas.
Lucas 16:11 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia ¿Si ustedes no supieron manejar las riquezas de este mundo, quién les confiará las riquezas espirituales? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces, si no son confiables con las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas del cielo?; Biblia Católica (Latinoamericana) Por lo tanto, si ustedes no han sido dignos de confianza en manejar el sucio dinero, ¿quién les va a confiar los bienes verdaderos? La Biblia Textual 3a Edicion Así que, si en el injusto Mamón no fuisteis fieles, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si, pues, no habéis sido fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará el verdadero bien? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará las verdaderas riquezas? |
Nadie puede servir a dos señores, porque odiará a uno y amará al otro, o al revés; así que no pueden servir a Dios y al mismo tiempo idolatrar a las riquezas.
Vendan sus bienes y usen el dinero para dar limosna a los necesitados; acumulen riquezas que no se dañen, hagan un tesoro inagotable en el cielo, donde los ladrones no podrán robarlo, y la polilla no podrá destruirlo.
Y si en lo ajeno no fueron fieles, ¿cómo confiarles lo que les pertenece a ustedes?
Por eso les aconsejo a ustedes que son mis discípulos: – Sean astutos para hacer lo bueno, que las adversidades de la vida les motiven a ser creativos y a buscar construir relaciones amistosas, para que cuando ya no tengan nada, sean bienvenidos en las moradas eternas.
Oyendo esto, Jesús contestó: – Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y repártelo a los pobres, así tendrás un tesoro en los cielos, y después ¡ven y sígueme!
De todos los cristianos, yo soy el que menos lo merecía y a pesar de eso Dios me concedió este privilegio de predicar a los que no son judíos, anunciando el Evangelio que transforma toda la existencia humana y también de enseñar la creatividad salvífica de Cristo.
Escuchen esto mis amados hermanos: ¿acaso Dios no llamó a los pobres según el mundo, para ser ricos en la fe por identidad y herederos del reino, que prometió para los que lo aman?
Por ello, te aconsejo que compres de mí oro refinado por el fuego, para que te enriquezcas de verdad, y que compres de mí ropa blanca para cubrir tu desnudez que te avergüenza, así como colirio para tus ojos, para que seas capaz de ver con claridad.