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Tito 3:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Recuérdales que han de someterse al gobierno y a las autoridades, que han de ser obedientes y que deben estar siempre dispuestos a realizar cualquier trabajo honrado.

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Biblia Reina Valera 1960

Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Recuérdales a los creyentes que se sometan al gobierno y a sus funcionarios. Tienen que ser obedientes, siempre dispuestos a hacer lo que es bueno.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Recuerda a los creyentes que se sometan a los jefes y a las autoridades, que sepan obedecer y estén listos para todo lo que sirve.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Recuérdales que se sometan a los gobernantes, que obedezcan a las autoridades, que estén dispuestos para toda obra buena,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Recuérdales que vivan sumisos a los poderes y autoridades, que cumplan sus órdenes y estén dispuestos para toda obra buena,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Recuérdales que se sujeten a los principados y potestades, que obedezcan a los magistrados, que estén dispuestos para toda buena obra.

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Tito 3:1
29 Tagairtí Cros  

Hijo mío, teme al Señor y honra al rey, y no te juntes con los rebeldes.


Si el patrón se enoja contigo, no renuncies. El espíritu sereno apaciguará el enojo.


Recuérdenme esta promesa de perdón, pues de sus pecados hemos de hablar. Defiendan su causa para obtener mi perdón.


No los escuchen. Sométanse al rey de Babilonia para que les perdone la vida, porque de otro modo toda esta ciudad será destruida.


―Del César —respondieron. ―Pues denle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.


Por eso, amados hermanos míos, estén firmes y constantes; trabajen siempre para la obra del Señor, conscientes de que nada de lo que hagamos para el Señor será en vano.


Somos creación de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios de antemano ya había planeado.


Si alguien se niega a aceptar la decisión del juez señalado por el Señor para este propósito, su castigo será la muerte. Este tipo de pecadores deberá ser desarraigado de Israel.


también para que estén llenos del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para que le den la gloria y la alabanza a Dios.


Así podrán agradar y honrar al Señor en todo; harán toda clase de buenas obras y conocerán cada día más y mejor a Dios.


Oren en especial por los gobernantes y por todos los que tienen autoridad, para que en paz y sosiego podamos llevar una vida piadosa y digna.


Explica esto a los hermanos y estarás cumpliendo con tu deber como buen servidor de Cristo Jesús. Así estarás demostrando que te nutres de la fe y de las buenas enseñanzas que fielmente has seguido.


Tiene que haberse labrado una sana reputación por sus buenas obras, como por ejemplo, haber educado bien a sus hijos, haber sido hospitalaria, haber lavado los pies de los que son del pueblo santo, haber brindado ayuda a los que sufren y haber sido bondadosa en todo.


Por eso te aconsejo que avives la llama del don que Dios te dio cuando puse las manos sobre ti.


Recuérdales esto y encárgales delante de Dios que no discutan asuntos que no tienen importancia. Tales discusiones lo único que logran es hacer daño a los oyentes.


Si te mantienes limpio, serás como una vasija para ocasiones especiales, apartada y útil para el Señor, separada para usarse en toda obra buena.


Dicen que conocen a Dios, pero en la práctica demuestran no conocerlo. Son odiosos, desobedientes e incapaces de hacer lo bueno.


Él se entregó a la muerte por nosotros para poder rescatarnos de todas nuestras iniquidades y convertirnos en un pueblo que fuera suyo, dedicado a hacer el bien.


porque los nuestros deben aprender a ayudar a los que están en necesidad, pues así tendrán una vida útil.


Cuanto te he dicho es cierto. Insiste en estas cosas, para que los que han creído en Dios se ocupen de hacer siempre el bien. Esto es excelente y provechoso para todos.


Que él los capacite en todo lo bueno para que hagan su voluntad; y que, por medio de Jesucristo, Dios haga en nosotros lo que le agrada. Que Jesucristo reciba la gloria por siempre. Amén.


Jamás dejaré de recordarles estas cosas, aun cuando las sepan y permanezcan firmes en la verdad.


Aunque ustedes lo saben muy bien, quiero recordarles que el Señor rescató de Egipto a su pueblo y luego destruyó a los que no creían en él.