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Proverbios 26:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

No respondas al necio según su necedad, o tú mismo pasarás por necio.

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Biblia Reina Valera 1960

Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No respondas a los argumentos absurdos de los necios o te volverás tan necio como ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No respondas a las estupideces de un imbécil, te volverías como él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

No respondas al necio según su necedad, No sea que te iguales a él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No respondas al necio según su necedad, no sea que tú mismo te iguales a él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No respondas al necio conforme a su necedad, para que no seas tú también como él.

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Proverbios 26:4
14 Tagairtí Cros  

Cuando los israelitas comprendieron que el rey hablaba en serio y que se negaba a escucharlos, comenzaron a gritar: «¡No queremos que ningún descendiente de David nos gobierne! ¡No tenemos nada que nos una a David, el hijo de Isaí! ¡Que el hijo de David reine sobre su propia familia! ¡Israelitas, regresemos a nuestras casas!». Así que los israelitas se fueron a sus casas. Pero Roboán continuó siendo rey de los israelitas que vivían en las ciudades de Judá.


Empezar una pelea es como abrir las compuertas de un río; así que mejor no la empieces.


No malgastes tus palabras con el necio, él despreciará el consejo más sabio.


Respóndele al necio como se merece, para que no se crea sabio.


Cuando el sabio entabla pleito contra un necio, aunque se enoje o se ría, nada arreglará.


Pero el pueblo permaneció en silencio, no respondió palabra porque Ezequías les había dicho que no replicaran nada.


»No le den lo que es santo a los perros, ni echen perlas delante de los puercos; porque son capaces de pisotearlas y luego dar media vuelta y atacarlos a ustedes.


No le hagan mal al que les hizo mal ni insulten al que los insultó. Al contrario, bendíganlo, porque Dios los eligió a ustedes para que reciban bendición.


Ni siquiera Miguel, el jefe de los ángeles, hizo algo así. Cuando peleaba con el diablo para quedarse con el cuerpo de Moisés, no se atrevió a maldecir ni a insultar al diablo, sino que le dijo: «El Señor te reprenda».