Meterse en pleitos ajenos es como agarrar a un perro por las orejas.
El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno Es como el que toma al perro por las orejas.
Entrometerse en los pleitos ajenos es tan necio como jalarle las orejas a un perro.
¿Meterse en las peleas de otro? ¡Es mejor agarrar por las orejas a un perro que pasa!
Agarra un perro por las orejas, Quien se mete en pleito ajeno.
Tomar por las orejas a un perro que pasa: tal es meterse en litigio ajeno.
El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, es como el que toma al perro por las orejas.
El rebelde sólo busca pelea, pero contra él enviarán un cruel mensajero.
Los labios del necio lo meten en continuas peleas; sus palabras le causan azotes.
Evitar los pleitos es honroso para el hombre, sólo el necio los empieza.
Como loco que lanza flechas encendidas,
No te metas en pleitos con nadie, sino te han hecho daño.
Jesús le respondió: ―Hombre, ¿quién me ha puesto a mí de juez o árbitro entre ustedes?