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Números 22:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero Balán replicó: ―Aunque Balac me ofreciera un palacio repleto de oro y plata, yo no podría hacer nada contrario a los mandamientos del Señor mi Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

Y Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Balaam les respondió a los mensajeros de Balac: «Aunque Balac me diera su palacio repleto de plata y oro, yo no podría hacer absolutamente nada en contra de la voluntad del Señor mi Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Balaam respondió a los servidores de Balac: 'Aunque Balac me diera su casa llena de plata y de oro, no desobedecería la orden de Yavé, mi Dios, no importa que fuera para una cosa pequeña o grande.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar el dicho de YHVH mi Dios para hacer cosa pequeña ni grande.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Respondió Balaán y dijo a los servidores de Balac: 'Aunque Balac me diera su casa llena de plata y de oro, no podría yo transgredir la orden de Yahveh, mi Dios, ni en poco ni en mucho.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Balaam respondió, y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y de oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios, para hacer cosa chica ni grande.

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Números 22:18
14 Tagairtí Cros  

Pero el profeta le respondió: ―Aun cuando me dieras la mitad de tu palacio, no podría ir contigo; ni tampoco comeré, ni beberé agua en este lugar.


Pero Micaías le respondió: ―Puedes tener la plena seguridad de que sólo hablaré lo que el Señor me diga que hable. Esto es tan cierto como que el Señor vive.


No obstante, como respuesta, Micaías expresó: ―Prometo delante del Señor que sólo diré lo que él me diga.


Daniel respondió: ―Quédese Su Majestad con sus regalos, o déselos a otro, que de todos modos yo le diré lo que quieren decir las palabras en la pared.


Sin embargo, pasen aquí la noche para ver si el Señor añade algo a lo que me dijo antes.


Balán replicó: ―He venido, pero no tengo poder para decir nada, salvo lo que el Señor me diga. Y eso es lo que haré.


―Quédense esta noche —dijo Balán—. Les contaré en la mañana lo que el Señor me ordene hacer. Y así lo hicieron.


Pero Balán contestó: ―¿No te dije que yo tengo que decir lo que el Señor me diga?


Balán contestó: ―Yo te dije por medio de los mensajeros


que aunque me dieras un palacio lleno de oro y plata, yo no podría contradecir al Señor; te advertí que no podía hablar por mí mismo. Dije que hablaría solamente lo que el Señor me ordenara.


―Que tu dinero perezca contigo —le contestó Pedro—, que piensas que los dones de Dios se pueden comprar.


Dicen que conocen a Dios, pero en la práctica demuestran no conocerlo. Son odiosos, desobedientes e incapaces de hacer lo bueno.


Pero yo no le presté atención, sino hice que los bendijera, y así libré a Israel de sus manos.