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Números 16:29 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Si estos hombres mueren en forma natural; de algún accidente o enfermedad común, el Señor no me ha enviado.

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Biblia Reina Valera 1960

Si como mueren todos los hombres murieren estos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Si estos hombres mueren de muerte natural o si nada fuera de lo común les sucede, entonces el Señor no me ha enviado;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si esos hombres mueren de muerte natural y corren la misma suerte que cualquiera, es señal de que Yavé no me envió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Si éstos llegan a morir como muere cualquier hombre, y si son sentenciados como se sentencia a cualquier hombre,° entonces YHVH no me ha enviado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Si éstos mueren de muerte natural como todos los hombres, alcanzándoles la suerte que llega a todo mortal, no es Yahveh el que me ha enviado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Si como mueren todos los hombres murieren estos, o si fueren ellos visitados a la manera de todos los hombres, Jehová no me envió.

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Números 16:29
11 Tagairtí Cros  

Cuando llegó la hora del acostumbrado sacrificio de la tarde, Elías se dirigió hasta el altar y oró: «Señor, Dios de Abraham, Isaac e Israel, demuestra que tú eres el Dios de Israel, y que yo soy tu siervo; demuestra que yo he hecho todo esto por orden tuya.


―Si tú vuelves en paz —respondió Micaías— será prueba de que el Señor no ha hablado por medio de mí. Entonces Micaías se volvió al pueblo que estaba parado cerca, y dijo: ―¡Tomen nota de lo que he dicho!


Micaías respondió: ―Si regresas sano y salvo, el Señor no ha hablado a través de mí. Entonces, dirigiéndose a los que lo rodeaban, recalcó: ―¡Tomen nota de lo que he dicho!


No te inclinarás delante de ninguna imagen ni la adorarás, porque yo, el Señor tu Dios, soy muy celoso, y no compartiré con otros dioses la honra que me pertenece. Cuando castigo a alguien por sus pecados, el castigo alcanza a sus hijos, a sus nietos y a sus bisnietos.


Ahora ve y conduce al pueblo al lugar que yo te indiqué, y diles que mi ángel irá delante de ellos. Sin embargo, cuando yo visite a este pueblo, lo castigaré por sus pecados.


Porque humanos y animales respiran el mismo aire y unos y otros mueren. De modo que la humanidad no tiene verdadera superioridad sobre las bestias; ¡qué absurdo!


¡Ay! ¿Qué harán cuando yo los visite en el día en que de lejanas tierras haga caer sobre ustedes la desolación? ¿A quién se volverán entonces en busca de socorro? ¿En dónde pondrán a salvo sus tesoros?


¿No los habré de castigar por esto? ¿Tendré que fingir que no me doy cuenta de nada de lo que hacen?


¡Tu castigo ha terminado, Jerusalén, pronto terminará tu condición de esclava en tierra lejana! ¡Pero para ti, Edom, el castigo apenas empieza! ¡Pronto quedarán al descubierto todas tus maldades!


Cualquiera que trate de hacerles daño, morirá víctima de las llamaradas de fuego que brotan de la boca de aquellos dos personajes.