Yo he vivido en la voluntad del Señor, y nunca me he apartado de mi Dios,
Números 16:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces Moisés se airó y le dijo al Señor: ―No aceptes sus sacrificios. Ni aun un burro he tomado de ellos, ni les he causado daño alguno. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a su ofrenda; ni aun un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Moisés se enojó mucho y le dijo al Señor: «¡No aceptes sus ofrendas de grano! Yo no les he quitado ni siquiera un burro, ni jamás he lastimado a ninguno de ellos». Biblia Católica (Latinoamericana) Moisés se enojó mucho y dijo a Yavé: 'No mires su ofrenda, no les he quitado nada, ni siquiera un burro, ni les he hecho daño a ninguno de ellos. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Moisés se enardeció en gran manera, y dijo a YHVH: No aceptes su ofrenda. Yo no he tomado de ellos ni un asno, y a ninguno de ellos he hecho mal. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Moisés se enojó sobremanera y dijo a Yahveh: '¡No aceptes su oblación! Ni siquiera un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he inferido el menor daño'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a su presente; ni aun un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal. |
Yo he vivido en la voluntad del Señor, y nunca me he apartado de mi Dios,
Cuando llegaron cerca del campamento, Moisés vio el becerro y las danzas, y con terrible ira arrojó las tablas al suelo, al pie del monte, y se rompieron.
El Señor detesta los sacrificios de los malvados, especialmente cuando los hacen con mala intención.
y no le gustó el comentario de ambos, porque Moisés era el hombre más humilde del mundo, e inmediatamente convocó a Moisés, a Aarón y a Miriam al santuario: ―Vengan aquí los tres —ordenó. Entonces se presentaron ante el Señor.
Y Moisés le dijo a Coré: ―Preséntate mañana delante del Señor con todos tus amigos. Aarón también estará aquí.
Pues yo añado que el que se enoja contra su hermano está cometiendo el mismo delito. El que le dice “idiota” a su hermano, merece que lo lleven al juzgado. Y el que maldiga a una persona, merece ir a parar a las llamas del infierno.
Jesús, mirándolos con una mezcla de enojo y tristeza por la indiferencia que mostraban, le dijo al hombre: ―Extiende la mano. Y al extenderla, se le sanó.
Sin embargo, jamás les he pedido ni un centavo y no les estoy escribiendo para que de ahora en adelante me den dinero. En realidad, prefiero morirme antes que perder la satisfacción de predicarles gratuitamente.
Con gran satisfacción y sinceridad podemos afirmar que siempre hemos dependido de la gracia del Señor y no de nuestra sabiduría y que siempre hemos sido puros y sinceros en el mundo, especialmente en cuanto a la forma en que nos hemos comportado con ustedes.
Por favor, vuelvan a darnos cabida en su corazón, porque a ninguno de ustedes lo hemos defraudado, a nadie hemos corrompido ni de nadie nos hemos aprovechado.
Si se enojan, no cometan el pecado de dejar que el enojo les dure todo el día.
Dios y ustedes saben que esto es cierto. Nos portamos con ustedes los creyentes, de manera santa y justa, y por eso nadie puede reprocharnos nada.