Por eso, en la primavera de ese año, Nabucodonosor ordenó que lo llevaran a Babilonia. Muchos tesoros del templo también fueron llevados en aquella ocasión. Entonces, el rey Nabucodonosor designó a Sedequías, tío de Joaquín, como rey de Judá.
Nahúm 2:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¡Se les roba la plata! ¡Se les roba el oro! Sus tesoros son inmensos, sus riquezas y sus joyas son incontables, pero les están saqueando todo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos codiciables. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Roben la plata! ¡Saqueen el oro! Los tesoros de Nínive no tienen fin; su riqueza es incalculable. Biblia Católica (Latinoamericana) Nínive parece un estanque de aguas;
pero de aguas que se van,
todos huyen. Nadie vuelve
cuando se le grita: 'Detente. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Saquead la plata y el oro! Hay riquezas sin fin, Toda clase de objetos preciosos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Nínive es como un estanque; sus aguas se escapan. ¡Deteneos! ¡Deteneos! Pero nadie se vuelve. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Saquead la plata, saquead el oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de todos los objetos preciosos. |
Por eso, en la primavera de ese año, Nabucodonosor ordenó que lo llevaran a Babilonia. Muchos tesoros del templo también fueron llevados en aquella ocasión. Entonces, el rey Nabucodonosor designó a Sedequías, tío de Joaquín, como rey de Judá.
¡Ay de ustedes, asirios, que lo han destruido todo a su alrededor sin haber sufrido jamás en carne propia la destrucción! ¡Exigen que otros cumplan lo que les prometen, y ustedes los traicionan! Ahora les toca a ustedes ser traicionados y destruidos.
Como las langostas despojan las eras y las viñas, despojará Jerusalén al derrotado ejército de Asiria.
Lloren y giman, malos pastores; golpéense la cabeza contra las piedras los líderes de las naciones, porque ha llegado el tiempo de su destrucción y dispersión. Caerán como frágiles objetos destinados a ser destruidos.
¡Pero vean lo que acontece! El ejército egipcio huye atemorizado; los más valerosos de sus soldados corren sin volver la mirada. Sí, el terror los rodeará por todos lados, dice el Señor.
Los ejércitos destructores enemigos llegan y matan a sus valientes; todas sus armas se les rompen a los babilonios en las manos, porque el Señor es buen pagador y le da a Babilonia su merecido.
Entonces saquearán todas tus riquezas y mercaderías y derribarán tus murallas. Destruirán tus hermosas casas y botarán tus piedras y maderas, y aun el polvo, en el mar.
Cuando vuelva a Egipto se llevará consigo los ídolos de ellos, además de platos valiosos de oro y plata como botín, y por algunos años dejará tranquilo al rey del norte.
Tus príncipes son como langostas y tus generales como enjambre de insectos, que en el tiempo de frío se asientan sobre los muros, pero todos ellos huirán y desaparecerán, como la langosta cuando el sol sale y calienta la tierra.
Ella era una gran cliente que compraba oro, plata, piedras preciosas y perlas; lino fino, púrpura y seda escarlata; maderas olorosas, objetos de marfil, maderas preciosas labradas, cobre, hierro y mármol;
«¡Pobre, pobre de la gran ciudad, vestida de linos finos, púrpura y escarlata, y adornada con oro, piedras preciosas y perlas!