Porque esos hombres traman en contra tuya, Señor, pero jamás triunfarán.
Nahúm 1:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Gente, ¿qué están pensando, que se atreven a desafiar al Señor? ¡Él los destruirá de un solo golpe! ¡Ustedes no tendrán una segunda oportunidad! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Qué pensáis contra Jehová? Él hará consumación; no tomará venganza dos veces de sus enemigos. Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Por qué traman contra el Señor? ¡Él los destruirá de un golpe; no necesitará golpear dos veces! Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Qué traman contra Yavé?,
El va a llevar a cabo la destrucción y la ruina,
y la maldad no volverá a triunfar. La Biblia Textual 3a Edicion ¿Qué es lo que os imagináis de YHVH? Él arrasará; y ciertamente, No tomará venganza dos veces de su enemigo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Qué tramáis contra Yahveh? ¡Es Él quien extermina! No surgirá dos veces la opresión. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Qué tramáis contra Jehová? Él hará consumación; la tribulación no se levantará dos veces. |
Porque esos hombres traman en contra tuya, Señor, pero jamás triunfarán.
Desbarata los planes de todas las naciones, y frustra todos sus proyectos.
Así que no más burlas para que su castigo no sea aún mayor, pues el Señor Dios Todopoderoso me ha dicho claramente que está resuelto a aplastarlos.
diciendo: “Así se hundirá Babilonia para no surgir más, por la destrucción que yo traigo sobre ella, de la cual nunca podrá recuperarse”. (Aquí terminan los mensajes de Jeremías). (Acontecimientos que se mencionan en el capítulo 39).
Todo el mundo sabrá que soy yo el Señor. ¡Yo estoy decidido a continuar el castigo hasta que logre acabar con tanta perversidad! ¡No pararé hasta haber logrado mi propósito!”.
»Dios el Señor dice: Con un golpe tras otro yo te acabaré. El fin ha llegado, tu juicio final te está esperando. Ya no tienes escapatoria.
»Yo los ayudé y los fortalecí, sin embargo ahora se vuelven contra mí.
Nínive, de ti ha salido el malvado consejero que se atreve a imaginar que puede hacerle daño al Señor.
Así podemos destruir la altivez de cualquier argumento y cualquier muralla que pretenda interponerse para que el hombre conozca a Dios. De esa manera, hacemos que todo tipo de pensamiento se someta para que obedezca a Cristo.
―Dios ha vuelto a poner a tu enemigo en tus manos —susurró Abisay—. Déjame que lo atraviese con su lanza. Lo clavaré en tierra con ella y no necesitaré darle un segundo golpe.