Y esto dice él a todos los hombres: «Escuchen: temer al Señor es verdadera sabiduría; abandonar el mal es verdadero entendimiento».
Mateo 7:24 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »Todo el que presta atención a mis enseñanzas y las pone en práctica es tan sabio como el hombre que edificó su casa sobre una roca bien firme. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Biblia Nueva Traducción Viviente »Todo el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una roca sólida. Biblia Católica (Latinoamericana) Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca. La Biblia Textual 3a Edicion Cualquiera pues que me oye estas palabras y las practica, será comparado a un varón prudente, que edificó su casa sobre la roca, Biblia Serafín de Ausejo 1975 En resumen, todo aquel que oye estas palabras mías y las pone en práctica se parecerá al hombre sensato que construyó su casa sobre la roca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cualquiera, pues, que oye estas mis palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre una roca. |
Y esto dice él a todos los hombres: «Escuchen: temer al Señor es verdadera sabiduría; abandonar el mal es verdadero entendimiento».
El principio de la sabiduría es el temor al Señor. La recompensa para todos los que lo obedecen es la sabiduría. ¡Alabemos su nombre por siempre!
La enseñanza de tus palabras dan luz, aun el sencillo puede entenderlas.
Sí, tengo más entendimiento que mis maestros, porque siempre medito en tus normas.
Sobreviene la tormenta y arrastra al malvado, pero el justo permanece para siempre.
El sabio obedece los mandamientos, pero el necio rezongón acaba en la ruina.
Los malvados perecen, y allí acaba todo para ellos; pero los hijos de los justos siguen firmes.
El sabio medita en sus propios caminos, pero al necio lo engaña su propia necedad.
¡El que obedece a mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre!
Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán contra ella.
¿Son ustedes siervos sabios y fieles a quienes el Señor ha encomendado la tarea de realizar los quehaceres de su casa y proporcionar a sus hijos el alimento cotidiano?
Cinco de ellas fueron sabias y llenaron bien las lámparas de aceite, mientras que las otras cinco, insensatas, no lo hicieron.
Las otras, las prudentes, respondieron: “No tenemos suficiente aceite para darles. Vayan a la tienda y compren”.
Cuando llegaron las lluvias, las inundaciones y los huracanes, la casa no se derrumbó porque estaba edificada sobre roca.
Pero el que oye mis enseñanzas y no las pone en práctica, es como el tonto que edificó su casa sobre la arena.
Jesús contestó: ―¡Dichosos, más bien, los que oyen la palabra de Dios y la obedecen!
Si obedecen mis mandamientos, no se apartarán de mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y su amor no se aparta de mí.
ya que no son los que oyen la ley los que son justificados, sino quienes la obedecen.
¿Cómo podemos saber que conocemos a Dios? Si obedecemos sus mandamientos.