Ese año las cosechas de Isaac fueron enormes: cosechó cien veces lo sembrado, porque el Señor lo bendijo.
Mateo 13:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero algunas cayeron en buena tierra y produjeron una cosecha de treinta, sesenta y hasta cien granos por semilla plantada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. Biblia Nueva Traducción Viviente pero otras semillas cayeron en tierra fértil, ¡y produjeron una cosecha que fue treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado! Biblia Católica (Latinoamericana) Otros granos, finalmente, cayeron en buena tierra y produjeron cosecha, unos el ciento, otros el sesenta y otros el treinta por uno. La Biblia Textual 3a Edicion Pero otras cayeron en tierra buena, y dieron fruto: una, ciertamente a ciento por uno,° otra a sesenta, y otra a treinta por uno. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Otra parte cayó en tierra buena y dio fruto: una al ciento por uno, otra al sesenta, otra al treinta. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas parte cayó en buena tierra y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. |
Ese año las cosechas de Isaac fueron enormes: cosechó cien veces lo sembrado, porque el Señor lo bendijo.
La buena tierra representa el corazón del hombre que escucha el mensaje, lo entiende y sale a ganar treinta, sesenta y hasta cien almas para el reino de Dios».
Pero las que cayeron en buena tierra son los que escuchan la Palabra, la reciben y producen mucho fruto: treinta, sesenta y hasta cien por cada semilla».
Pero algunas de las semillas cayeron en buena tierra y brotaron, crecieron y produjeron treinta, sesenta y hasta cien semillas por cada una sembrada».
La que cayó en buena tierra representa a los que oyen la palabra con un corazón bueno y sincero. Estos la retienen y, porque perseveran, producen una buena cosecha.
Pero otra parte cayó en buena tierra, brotó, creció y produjo por cada semilla cien granos». Cuando terminó de hablar dijo con voz fuerte: «El que tenga oídos para oír, que oiga».
Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y de esa manera muestran que son mis discípulos.
Yo sé que en mi vieja naturaleza no hay nada bueno. Pues aunque quiero hacer lo bueno, no puedo.
también para que estén llenos del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para que le den la gloria y la alabanza a Dios.