Una vez en una visión hablaste a tu profeta y dijiste: «Le he dado mi ayuda a un joven valiente; lo he elegido de entre el pueblo para que sea rey.
Mateo 12:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 «Aquí tienen a mi siervo, mi escogido, mi amado, en quien mi alma se deleita. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará justicia a las naciones. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien se agrada mi alma; Pondré mi Espíritu sobre él, Y a los gentiles anunciará juicio. Biblia Nueva Traducción Viviente «Miren a mi Siervo, al que he elegido. Él es mi Amado, quien me complace. Pondré mi Espíritu sobre él, y proclamará justicia a las naciones. Biblia Católica (Latinoamericana) Viene mi siervo, mi elegido, el Amado, en quien me he complacido. Pondré mi Espíritu sobre él, para que anuncie mis juicios a las naciones. La Biblia Textual 3a Edicion He aquí mi Siervo, a quien escogí, Mi Amado, en quien se complació mi alma. Pondré mi Espíritu sobre Él, Y a los gentiles anunciará juicio.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mirad a mi siervo, a quien yo elegí; a mi predilecto, en quien se complace mi alma. Sobre él pondré mi espíritu, y él dictará equidad a las naciones. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí mi siervo, a quien he escogido: Mi amado en quien se agrada mi alma: Pondré mi Espíritu sobre Él, y a los gentiles anunciará juicio. |
Una vez en una visión hablaste a tu profeta y dijiste: «Le he dado mi ayuda a un joven valiente; lo he elegido de entre el pueblo para que sea rey.
Y sobre él reposará el Espíritu del Señor, el Espíritu de sabiduría, entendimiento, consejo y poder; el Espíritu de conocimiento y reverencia por el Señor.
Vean a mi Siervo, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien me deleito. En él he puesto mi Espíritu, él mostrará lo que es justicia a las naciones del mundo.
Y después de tanto sufrimiento comprenderá por qué fue necesaria su obediencia y su intercesión. Porque fue mediante su sufrimiento y por haber llevado sobre sí el pecado de muchos que mi siervo hará que ellos sean declarados inocentes y aceptados por Dios. Por lo tanto, yo le daré como premio toda la honra y todo poder.
Jerusalén, las naciones verán tu justicia, los reyes serán deslumbrados por tu gloria y Dios te otorgará un nombre nuevo.
Oh Señor, tú que eres para mí como fortaleza y baluarte en mi debilidad, como mi refugio en los días que estoy angustiado, pueblos de muchas partes del mundo acudirán a ti diciendo: «Nuestros antepasados fueron insensatos, pues adoraban ídolos vanos que para nada les aprovecharon.
»Óyeme, Josué, sumo sacerdote, y que me oigan también tus compañeros, los que están a tu lado, pues todos ustedes son una señal de las buenas cosas que vendrán: ¡Yo traeré a mi siervo, yo traeré a mi Renuevo!
Pero mientras hablaba, una nube resplandeciente los cubrió y una voz dijo desde la nube: «Este es mi Hijo amado; en él me complazco. Obedézcanlo».
Se escuchó entonces una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco».
En eso, una nube los cubrió. Desde la nube resonó una voz que les dijo: «Este es mi Hijo amado. Óiganlo a él».
La gente se quedó allí para mirar; y por su parte, los gobernantes se burlaban de él. Decían: ―Si es el Cristo de Dios, el Escogido, que se salve a sí mismo como salvó a otros.
y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: ―Tú eres mi Hijo amado; estoy muy contento contigo.
«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para dar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado para anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos,
De la nube salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo, al que yo escogí. Escúchenlo».
Aquel a quien Dios ha enviado habla lo que Dios le dice, porque Dios mismo le da su Espíritu en abundancia.
»Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret y él anduvo haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Aquellas palabras bastaron para acallar las objeciones, y alabaron a Dios. ―Sí —exclamaban—, Dios ha concedido también a los gentiles el volverse a él para recibir la vida.
Sin perder tiempo, reunieron a la iglesia y les informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos y les contaron cómo Dios había abierto la puerta de la fe también a los gentiles.
Esto fue para que le demos la gloria a Dios por la extraordinaria gracia que nos mostró por medio de su amado Hijo.
Pablo, apóstol de Jesucristo porque Dios así lo quiso, y el hermano Timoteo.
Él nos rescató del reino de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado,
Acérquense a Cristo, que es la Piedra viva que los seres humanos despreciaron pero que Dios escogió y es preciosa para él. De este modo,
Estábamos con él en el monte santo cuando resplandeció con la gloria y honor de Dios el Padre. Una voz desde la imponente gloria le dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él».