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Mateo 11:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Cuéntenle que los ciegos ven, los paralíticos andan, los leprosos se curan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y que anuncio las buenas nuevas a los pobres.

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Biblia Reina Valera 1960

Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

los ciegos ven, los cojos caminan bien, los que tienen lepra son curados, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les predica la Buena Noticia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una Buena Nueva llega a los pobres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los ciegos recobran la vista y los cojos andan, los leprosos son limpiados y los sordos oyen,° los muertos son resucitados y los pobres son evangelizados,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia la buena nueva a los pobres;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados y los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es predicado el evangelio.

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Mateo 11:5
41 Tagairtí Cros  

Entonces Naamán fue al río Jordán, se sumergió siete veces, como el profeta le había dicho, y su carne quedó tan sana como la de un niño.


Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó su ropa, y dijo: «¡Este hombre me manda a un leproso para que lo sane! ¿Acaso soy Dios, para matar y dar la vida? ¡Ese rey solo está buscando un pretexto para invadirnos nuevamente!».


El Señor da vista a los ciegos, el Señor ama a los justos.


Los pobres comerán y se saciarán; cuantos busquen al Señor lo hallarán. De gozo constante tendrán lleno el corazón.


―¿Quién hizo la boca? —le preguntó el Señor—. ¿No la hice yo, el Señor? ¿Quién hace que el hombre pueda o no pueda hablar, que vea o no vea, que oiga o no oiga?


En aquel día los sordos oirán la palabra del libro, y desde su tristeza y tinieblas los ciegos conocerán mis planes.


Los mansos rebosarán nuevo júbilo procedente del Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel.


Tráelos de regreso a mí, aunque son ciegos y sordos a mi llamado.


Mis manos hicieron la tierra y el cielo, los cuales son míos. Pero siento inclinación por el hombre de corazón humilde y contrito, que tiene reverencia ante mi palabra.


Así que tomé dos varas de pastor y las llamé «Gracia» y «Unión», y apacenté las ovejas, es decir, a la gente más desprotegida del pueblo, en la forma que se me había ordenado.


»Curen enfermos, resuciten muertos, sanen leprosos y echen fuera demonios. De la misma manera que ustedes están recibiendo este poder gratuitamente, tampoco cobren por sus servicios.


Jesús respondió a los mensajeros: ―Vayan donde está Juan y cuéntenle todo lo que han oído y lo que me han visto realizar.


Entonces le dijo al hombre: ―Extiende la mano. Y al extenderla le quedó tan normal como la otra.


Entonces se le acercaron los ciegos y los cojos y los sanó allí mismo en el templo.


«¡Dichosos los que reconocen su pobreza espiritual, porque de ellos es el reino de los cielos!


¡Y recobraron la vista! Jesús les pidió encarecidamente que no se lo contaran a nadie,


La gente estaba sumamente maravillada y decía: «¡Todo lo ha hecho bien! ¡Hasta logra que los sordos oigan y los mudos hablen!».


Cuando Jesús vio que el gentío se agolpaba, reprendió al espíritu impuro con estas palabras: ―Espíritu mudo y sordo, te ordeno que salgas de este muchacho y que no entres más en él.


«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para dar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado para anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos,


Jesús les respondió: ―Ya se lo he dicho y ustedes no me creen. Las cosas que yo hago en nombre de mi Padre son las que lo demuestran.


pero si las hago, crean en mis obras, aunque no me crean a mí. Así se convencerán de que el Padre está en mí y que yo estoy en el Padre.


Mientras Jesús estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en él porque vieron las señales milagrosas que hacía.


Este fue una noche a visitar a Jesús y le dijo: ―Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie puede hacer las señales milagrosas que tú haces si Dios no está con él.


»Yo tengo un testimonio mayor que el de Juan, pues lo que el Padre me ha encomendado hacer es lo que estoy haciendo y es lo que demuestra que el Padre me ha enviado.


―Ve y lávate en el estanque de Siloé (que significa: Enviado). El ciego fue y se lavó, y al regresar ya veía.


»¡Escúchenme, varones israelitas! Como ustedes bien saben, Dios respaldó a Jesús de Nazaret con los milagros prodigiosos que realizó a través de él.


Escuchen, hermanos queridos: Dios ha escogido a los que son pobres según el mundo, para que sean ricos en fe y reciban como herencia el reino que él prometió a quienes lo aman.