No será como el convenio que hice con sus antepasados cuando de la mano los saqué de tierra de Egipto, convenio que ellos quebrantaron, obligándome a rechazarlos, dice el Señor.
Lucas 8:54 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero él la tomó de la mano y le dijo: ―¡Niña, levántate! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jesús la tomó de la mano y dijo en voz fuerte: «¡Niña, levántate!». Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús la tomó de la mano y le dijo: 'Niña, levántate. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Él, tomando su mano, clamó, diciendo: ¡Niña, levántate! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero él, tomándola de la mano, dijo en alta voz: 'Niña, levántate'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas Él echó fuera a todos, y tomándola de la mano, le habló, diciendo: Muchacha, levántate. |
No será como el convenio que hice con sus antepasados cuando de la mano los saqué de tierra de Egipto, convenio que ellos quebrantaron, obligándome a rechazarlos, dice el Señor.
y todos salieron. Jesús entró donde estaba la niña y la tomó de la mano. ¡Y la niña se levantó sana!
Él se le acercó, la tomó de la mano y la ayudó a sentarse. ¡Inmediatamente se le quitó la fiebre y se levantó a servirlos!
Jesús tomó al ciego de la mano y lo sacó del pueblo. Una vez fuera, le mojó los ojos con saliva y le puso las manos encima. ―¿Ves algo ahora? —le preguntó.
Pero Jesús lo tomó de la mano, y con su ayuda el muchacho se puso de pie.
Cuando llegó a la casa de Jairo, sólo permitió que entraran con él Pedro, Juan, Jacobo y el padre y la madre de la niña; y nadie más.
Ella volvió a la vida y al instante se levantó. Entonces Jesús mandó que le dieran de comer.
Después de decir esto, gritó con todas sus fuerzas: ―¡Lázaro, sal de ahí!
Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, de la misma manera también el Hijo le da vida a quien él quiere.
Pedro les ordenó que salieran del cuarto y se arrodilló a orar. Luego se volvió hacia el cadáver: ―Levántate, Tabita —le ordenó. Inmediatamente ella abrió los ojos; y al ver a Pedro, se incorporó.
Con razón dicen las Escrituras: «Te he hecho padre de muchas naciones». ¡Y es una promesa del mismo Dios en quien Abraham creyó! ¡Es el Dios que hace que los muertos resuciten y que es capaz de hacer que las cosas que aún no existen lleguen a existir!