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Lucas 7:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Por eso no fui yo mismo a buscarte. Yo sé que con una sola palabra que digas, mi siervo sanará,

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Biblia Reina Valera 1960

por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ni siquiera soy digno de ir a tu encuentro. Tan solo pronuncia la palabra desde donde estás y mi siervo se sanará.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente donde ti. Basta que tú digas una palabra y mi sirviente se sanará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

por lo cual, ni siquiera me consideré digno de ir a ti; pero dilo de palabra, ¡y sea sano° mi mozo!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

por eso, tampoco yo me he considerado digno de presentarme ante ti. Pero dilo de palabra, y que mi criado se cure.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

por lo que ni siquiera me tuve por digno de venir a ti; mas di la palabra, y mi siervo será sano.

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Lucas 7:7
10 Tagairtí Cros  

Él habló y fueron sanados, arrebatados de las puertas de la muerte.


Porque bastó que hablara, y surgió el mundo. ¡A su mandato, apareció!


Les dijo: «Yo soy el Señor su Dios. Si ustedes prestan atención a mi voz, y me obedecen y hacen lo que es bueno, no los dejaré sufrir las enfermedades que envié sobre los egipcios, porque yo soy el Señor que les da la salud».


Todos se quedaron tan espantados que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? Es una enseñanza nueva, ¡y con qué autoridad! ¡Hasta los espíritus inmundos lo obedecen!».


Todos estaban muy asustados y se decían unos a otros: ―¿Qué tienen sus palabras? Con autoridad y poder les ordena a los espíritus malos que salgan, y salen.


Jesús extendió la mano, tocó al hombre y le dijo: ―Sí quiero. ¡Queda sano! Y en ese momento se le quitó la lepra.


Jesús fue con ellos. Y cuando ya estaba cerca de la casa, el capitán mandó a unos amigos a decirle: ―Señor, no te molestes, pues no merezco que entres en mi casa.


pues yo mismo estoy acostumbrado a obedecer las órdenes de mis superiores y también a dar ordenes a mis soldados. Si yo le digo a uno: “Ve” él va, y si le digo al otro: “Ven” él viene. Y si le digo a mi siervo: “Haz esto”, él lo hace.


»”¿No ven que sólo yo soy Dios? Yo hago morir y hago vivir. Yo hago la herida y yo la sano: nadie se escapa de mi poder.


»El Señor mata, el Señor da vida.