―¿Por qué no hace usted por todo el pueblo de Dios lo que ha prometido hacer por mí? —preguntó ella—. Usted se ha condenado a sí mismo al tomar esta decisión, pues se ha negado a recibir en casa a su hijo que está desterrado.
Lucas 7:42 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Como ellos no tenían con qué pagarle, les perdonó a los dos la deuda. Ahora dime, ¿cuál de los dos lo amará más? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, ninguna de las dos pudo devolver el dinero, así que el hombre perdonó amablemente a ambas y les canceló la deuda. ¿Quién crees que lo amó más? Biblia Católica (Latinoamericana) Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a ambos. ¿Cuál de los dos lo querrá más?' La Biblia Textual 3a Edicion No teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos.° ¿Cuál de ellos, pues, lo amará más? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Como no podían pagarle, a los dos les perdonó la deuda. ¿Cuál de ellos le estará más agradecido?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y no teniendo estos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? |
―¿Por qué no hace usted por todo el pueblo de Dios lo que ha prometido hacer por mí? —preguntó ella—. Usted se ha condenado a sí mismo al tomar esta decisión, pues se ha negado a recibir en casa a su hijo que está desterrado.
Yo, sí, sólo yo soy quien borra sus pecados por amor a mí mismo y nunca más los recordaré.
Yo he borrado tus pecados, se han esfumado como niebla matutina al llegar el mediodía. ¡Oh, regresa a mí, pues yo pagué el precio de tu libertad!
Tan enojado estaba el rey que lo envió a las cámaras de tortura hasta que pagara el último centavo.
y perdona nuestros pecados, así como nosotros perdonamos a los que nos han hecho mal.
Simón contestó: ―Supongo que el hombre al que más le perdonó. Jesús le dijo: ―Haz juzgado bien.
Pero Dios, por su gran amor, gratuitamente nos declara inocentes, porque Jesucristo pagó todas nuestras deudas.
Cuando éramos incapaces de salvarnos, Cristo llegó en el momento oportuno y murió por los pecadores.
Los que se aferran a la ley para salvarse están bajo la maldición de Dios. Las Escrituras dicen claramente: «Malditos los que quebrantan cualquiera de las leyes que están escritas en el libro de la ley de Dios».
Gracias a que él derramó su sangre, tenemos el perdón de nuestros pecados. Así de abundante es su gracia.
Al contrario, sean bondadosos entre ustedes, sean compasivos y perdónense las faltas los unos a los otros, de la misma manera que Dios los perdonó a ustedes por medio de Cristo.
Sopórtense unos a otros y perdonen a quienes se quejen de ustedes. Si el Señor los perdonó, ustedes están obligados a perdonar.