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Lucas 4:40 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Al anochecer, la gente le llevó a Jesús todos los que tuvieran cualquier tipo de enfermedad. Él puso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó.

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Biblia Reina Valera 1960

Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Esa tarde, al ponerse el sol, la gente de toda la aldea llevó ante Jesús a sus parientes enfermos. Cualquiera que fuera la enfermedad, el toque de su mano los sanaba a todos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversos males se los llevaban a Jesús y él los sanaba imponiéndoles las manos a cada uno.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando el sol se estaba poniendo, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias los llevaron a Él, e imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

A la caída del sol, todos los que tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaron a él; él les iba imponiendo las manos uno por uno y los curaba.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y a la puesta del sol, todos aquellos que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a Él; y Él ponía las manos sobre cada uno de ellos, y los sanaba.

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Lucas 4:40
12 Tagairtí Cros  

Cuéntenle que los ciegos ven, los paralíticos andan, los leprosos se curan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y que anuncio las buenas nuevas a los pobres.


Cuando le dieron a Jesús la noticia, él tomó una barca y se fue a un lugar desierto donde pudiera estar a solas. Pero la gente vio hacia dónde se dirigía, y muchos fueron a pie hasta allá desde las ciudades vecinas.


pues como había realizado muchas curaciones, todos los enfermos lo rodeaban tratando de tocarlo.


―Señor —le suplicaba—, mi hija se está muriendo. Ven y pon tus manos sobre ella, porque yo sé que puedes hacer que viva.


Debido a la incredulidad de la gente no pudo realizar ningún milagro allí, salvo poner las manos sobre unos pocos enfermos y sanarlos.


A veces bastaba poner sobre el enfermo un pañuelo o alguna prenda de Pablo para que el enfermo sanara o los demonios salieran.


La gente colocaba a los enfermos en las calles en colchonetas y camillas para que al menos la sombra de Pedro los tocara.