En este tiempo de profundos problemas, el rey Acaz aumentó sus acciones infieles contra el Señor.
Lucas 23:40 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero el otro criminal lo reprendió: ―¿Ni siquiera tienes temor de Dios aunque estés sufriendo el mismo castigo? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Biblia Nueva Traducción Viviente Pero el otro criminal protestó: «¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte? Biblia Católica (Latinoamericana) Pero el otro lo reprendió diciendo: '¿No temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio?' La Biblia Textual 3a Edicion Pero interviniendo el otro, reprendiéndolo,° dijo: ¿Ni aun temes a Dios, tú que estás en el mismo castigo?° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero el otro lo reprendió, diciendo: '¿Ni siquieras tú temes a Dios, tú que estás padeciendo el mismo suplicio? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿No temes tú a Dios, aun estando en la misma condenación? |
En este tiempo de profundos problemas, el rey Acaz aumentó sus acciones infieles contra el Señor.
En el fondo del corazón de los malvados acecha el pecado. No tienen temor de Dios que los refrene.
Señor, tú no aceptas sino la verdad. Castigándolos has tratado de hacer que reflexionen y sean honrados, pero no quieren cambiar. Los has arruinado, pero no escarmientan y se niegan a dejar su conducta malvada. Con el rostro como dura piedra por su terquedad, están empecinados en no arrepentirse.
»No guarden rencor contra su hermano. »Corrijan a su prójimo, cuando tengan que hacerlo, y no participen de su pecado.
―Hombres de poca fe, ¿a qué viene tanto miedo? —les respondió. Entonces, se puso de pie, reprendió al viento y a las olas, y la tormenta cesó y todo quedó en calma.
Les diré a quién deben de temer: teman al que, después de quitar la vida, tiene poder para echarlos al infierno. A él sí que le deben temer.
Uno de los criminales que estaban allí colgados también empezó a insultarlo: ―¿Acaso, no eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros también!
Nosotros merecemos este castigo y sufrimos a causa de nuestros delitos; pero este no ha hecho nada malo.
No participen de las acciones malas de los que viven en oscuridad, las cuales no traen ningún provecho. Más bien, háganles ver sus pecados.
¿Quién no te temerá, oh Señor? ¿Quién no glorificará tu nombre? Porque sólo Tú eres santo. Las naciones vendrán y te adorarán, porque tus obras de justicia ya se han manifestado».
y blasfemaban contra el Dios del cielo por el dolor y las llagas. Pero no se arrepintieron de sus perversidades.