Pero tú me sacaste del vientre materno; me hiciste reposar confiado en el regazo de mi madre.
Lucas 2:40 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El niño crecía y se fortalecía; se llenaba de sabiduría y Dios lo favorecía. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. Biblia Nueva Traducción Viviente Allí el niño crecía sano y fuerte. Estaba lleno de sabiduría, y el favor de Dios estaba sobre él. Biblia Católica (Latinoamericana) El niño crecía y se desarrollaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios permanecía con él. La Biblia Textual 3a Edicion Y el niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre Él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El niño crecía, se fortalecía y se llenaba de sabiduría. Y la gracia de Dios residía en él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre Él. |
Pero tú me sacaste del vientre materno; me hiciste reposar confiado en el regazo de mi madre.
Eres entre todos el más apuesto; tus labios son fuente de elocuencia, ya que Dios te ha bendecido para siempre.
El niño crecía y su espíritu se hacía más fuerte; y vivió en el desierto hasta el día en que se presentó públicamente al pueblo de Israel.
Todos los que lo oían se quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.
Jesús seguía creciendo en sabiduría y estatura, y gozaba más y más del favor de Dios y de la gente.
Y la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que le pertenece al Hijo único del Padre, en el que abundan el amor y la verdad.
Y con gran poder predicaban los apóstoles acerca de la resurrección del Señor, y Dios les dio abundante gracia.
Por último, recuerden que su fortaleza debe venir del gran poder del Señor.
Por eso, tú, Timoteo, hijo mío, aprópiate de la fuerza que Jesucristo da por su amor.
Cuando nació el hijo, le pusieron Sansón, y el Señor lo bendijo mientras crecía,
Samuel, aunque todavía era un niño, prestaba servicio ante el Señor y usaba una túnica de lino similar a la de los sacerdotes.
Y Dios le dio a Ana tres hijos y dos hijas. Mientras tanto, Samuel crecía en el servicio del Señor.
El pequeño Samuel, en cambio, iba creciendo en estatura y en gracia ante todos y también ante el Señor.
Samuel crecía y el Señor estaba con él y Dios hizo que se cumplieran todos sus mensajes.