Luego tomé el documento sellado que contenía términos y condiciones, y tomé también la copia sin sellar,
Lucas 2:27 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El Espíritu Santo guio a Simeón y fue al templo. Cuando los padres del niño Jesús lo llevaron para cumplir con la costumbre que manda la ley, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, Biblia Nueva Traducción Viviente Ese día, el Espíritu lo guio al templo. De manera que, cuando María y José llegaron para presentar al bebé Jesús ante el Señor como exigía la ley, Biblia Católica (Latinoamericana) El Espíritu también lo llevó al Templo en aquel momento.
Como los padres traían al niño Jesús para cumplir con él lo que mandaba la Ley, La Biblia Textual 3a Edicion Y por el Espíritu entró en el templo; y cuando los padres trajeron adentro al niño Jesús, para hacer con Él conforme al rito de la ley, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Movido, pues, por el Espíritu, fue al templo. Al entrar los padres con el niño Jesús para cumplir la disposición de la ley con respecto a él, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino por el Espíritu al templo. Y cuando los padres metieron al niño Jesús en el templo, para hacer por Él conforme a la costumbre de la ley, |
Luego tomé el documento sellado que contenía términos y condiciones, y tomé también la copia sin sellar,
El Espíritu Santo condujo a Jesús al desierto para que el diablo lo tentara.
Cuando llegó el día en que, según la ley de Moisés, ellos debían purificarse, José y María llevaron al niño a Jerusalén para presentárselo al Señor.
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.
Cuando sus padres lo vieron, también se quedaron admirados. Su madre le dijo: ―Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? ¡Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia!
Entonces Jesús volvió con sus padres a Nazaret y los obedecía en todo. Pero su madre guardaba todas estas cosas en el corazón.
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo llevó al desierto.
Pedro, que estaba tratando de descifrar el significado de la visión, escuchó que el Espíritu Santo le decía: «Tres hombres han venido a verte.
El Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. Estos seis hermanos que están aquí conmigo me acompañaron y llegamos a la casa de cierto hombre.
Luego llegaron a Misia y quisieron ir hasta la provincia de Bitinia; pero el Espíritu les ordenó que no lo hicieran.
«Da alcance a esa carroza —le dijo el Espíritu Santo a Felipe—, y acércate a ella».
Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,
En el Espíritu, el ángel me condujo al desierto. Allí estaba una mujer sentada sobre una bestia escarlata que tenía siete cabezas y diez cuernos, y el cuerpo recubierto de blasfemias contra Dios.