Para recogerlos hay que protegerse las manos, y una vez amontonados se echan al fuego y se queman».
Lucas 19:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero la gente de su país lo odiaba y mandaron un grupo de personas tras él para que dijeran: “No queremos que este sea nuestro rey”. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que este reine sobre nosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente pero sus súbditos lo odiaban y enviaron una delegación tras él a decir: “No queremos que él sea nuestro rey”. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero sus compatriotas lo odiaban y mandaron detrás de él una delegación para que dijera: 'No queremos que éste sea nuestro rey. La Biblia Textual 3a Edicion Pero sus conciudadanos lo aborrecían, y enviaron tras él una delegación, diciendo: No deseamos que éste llegue a reinar sobre nosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero sus compatriotas lo aborrecían; y enviaron tras él una embajada que dijera: 'No queremos que éste sea nuestro rey'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero sus ciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que este reine sobre nosotros. |
Para recogerlos hay que protegerse las manos, y una vez amontonados se echan al fuego y se queman».
El Señor, el Redentor y Santo de Israel dice a aquel que es despreciado, rechazado de la humanidad y que yace bajo la planta de los gobernantes del mundo: Los reyes se mantendrán reverentes cuando tú pases, los príncipes te harán profunda reverencia porque el Señor te ha elegido y cumplirá lo que promete.
Me deshice de tres pastores malvados en un solo mes. Realmente no podía soportar su ineficacia, además de que ellos me odiaban.
Si ve que no puede, enviará una delegación para pedir condiciones de paz mientras el enemigo está todavía lejos.
Antes de partir, llamó a diez de sus empleados y le entregó a cada uno una buena cantidad de dinero. Les dijo: “Hagan negocio con este dinero hasta que yo vuelva”.
»A pesar de todo, fue coronado rey. Cuando regresó a su país, ordenó llamar a los diez empleados a quienes les había entregado dinero, para ver cuánto habían ganado.
Y a esos enemigos míos que no querían que yo fuera su rey, tráiganlos aquí y mátenlos delante de mí”».
»No se les olvide que si el mundo los odia, a mí me odió antes que a ustedes.
«Haz lo que te piden —respondió el Señor—, porque no te están rechazando a ti sino a mí. Ellos no quieren que yo sea su rey.