que el amor, Señor, es tuyo. Ciertamente tú pagarás a cada uno según lo que se merezcan sus obras.
Lucas 18:38 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces el ciego gritó: ―¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!». Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces empezó a gritar: '¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces gritó, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces el ciego se puso a gritar: '¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! |
que el amor, Señor, es tuyo. Ciertamente tú pagarás a cada uno según lo que se merezcan sus obras.
La descendencia real de David será interrumpida, cortada como se hace con un árbol, pero del tronco surgirá un renuevo, una nueva rama de la antigua raíz.
Porque llegará un día, dice el Señor, en que pondré como rey en el trono del rey David una Rama justa. Será un Rey que gobierne con sabiduría y rectitud, que hará que la justicia sea la norma de todas las personas en la tierra.
La gente estaba maravillada. «¡Quizás Jesús es el Hijo de David!» —exclamaban.
Una cananea, que vivía por allí, se le acercó suplicante: ―¡Ten misericordia de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija tiene un demonio que la atormenta constantemente.
Los principales sacerdotes y los demás jefes judíos vieron aquellos sorprendentes milagros; y cuando escucharon a los niños que gritaban en el templo: «¡Viva el Hijo de David!», se perturbaron y se llenaron de indignación. Entonces le dijeron a Jesús:
Y delante y detrás del cortejo, el pueblo lo aclamaba: ―¡Viva el Hijo del rey David! ¡Alábenlo! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Gloria a Dios!
Cuando regresaba de la casa del jefe judío, dos ciegos lo siguieron gritando: ―¡Hijo de David, apiádate de nosotros!
Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritó todavía más fuerte: ―¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Son buenas noticias acerca de su Hijo, Jesucristo nuestro Señor. En su calidad de hombre era descendiente de la familia de David,
»Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a anunciar estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David. Yo soy la estrella resplandeciente de la mañana».