Cuando les sirvieron la comida, el criado de Abraham dijo: ―No quiero comer nada hasta haberles dicho por qué estoy aquí. ―Muy bien —dijo Labán—, danos tu mensaje.
Lucas 10:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 No lleven dinero, ni bolsa, ni zapatos, ni se detengan a saludar a nadie por el camino. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. Biblia Nueva Traducción Viviente No lleven con ustedes nada de dinero, ni bolso de viaje, ni un par de sandalias de repuesto; y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Biblia Católica (Latinoamericana) No lleven monedero, ni bolsón, ni sandalias, ni se detengan a visitar a conocidos. La Biblia Textual 3a Edicion No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y a nadie saludéis° en el camino. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; ni saludéis a nadie por el camino. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. |
Cuando les sirvieron la comida, el criado de Abraham dijo: ―No quiero comer nada hasta haberles dicho por qué estoy aquí. ―Muy bien —dijo Labán—, danos tu mensaje.
Pero él les rogó: ―No retarden mi regreso. El Señor ha hecho que mi misión tenga éxito, así que déjenme regresar a donde mi amo.
Enseguida, la mujer hizo ensillar el burro, y le dijo al criado: ―¡Anda, vamos rápido! No te detengas en el camino, a menos que yo te lo ordene.
―¡Rápido, toma mi vara! —le dijo Eliseo a Guiezi—. ¡No hables con nadie a lo largo del camino! ¡Date prisa! Al llegar, pon la vara sobre el rostro del niño.
Mira lo que tienes delante; pon tus ojos en lo que tienes frente a ti.
Y llamó a los doce y los envió de dos en dos con poder para echar fuera demonios.
Luego, Jesús les dijo a todos: ―Cuando los envié sin dinero ni bolsa ni sandalias, ¿les hizo falta algo? Respondieron: ―Nada.
David le preguntó a Ajimélec si tenía una espada o lanza que pudiera usar. ―Tuve que salir tan apresuradamente en este asunto del rey, que salí sin armas —exclamó David.