Me han contado entre los muertos como si fuera uno de ellos; como un hombre fuerte al que ya no le queda más fuerza.
Lucas 10:30 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Jesús le respondió: ―En cierta ocasión, un hombre iba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones. Estos le quitaron todo lo que llevaba, lo golpearon y lo dejaron medio muerto. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús respondió con una historia: —Un hombre judío bajaba de Jerusalén a Jericó y fue atacado por ladrones. Le quitaron la ropa, le pegaron y lo dejaron medio muerto al costado del camino. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús empezó a decir: 'Bajaba un hombre por el camino de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon dejándolo medio muerto. La Biblia Textual 3a Edicion Respondiendo Jesús, dijo: Cierto° hombre bajaba de Jerusalem a Jericó, y cayó en mano de salteadores, los cuales después de desnudarlo y golpearlo, se fueron dejándolo medio muerto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jesús respondió: 'Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de ladrones, que le despojaron de todo, le molieron a golpes y se fueron, dejándolo medio muerto. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. |
Me han contado entre los muertos como si fuera uno de ellos; como un hombre fuerte al que ya no le queda más fuerza.
Sí, dice el Señor, pero ya les llegó la hora a los ídolos de Babilonia. Por todo el país se oirá gemir a los heridos.
«¡Mamá, mamá, queremos comer!», claman mientras sus vidas se van debilitando en los mismos brazos de sus madres. Luego mueren, como si fueran los heridos de una guerra.
Y entonces fortaleceré los brazos del rey de Babilonia y colocaré mi espada en su mano. Pero quebraré los brazos del faraón, rey de Egipto, y él gemirá delante del rey de Babilonia como uno que ha sido herido de muerte.
Entonces pasó por el mismo camino un sacerdote que, al verlo, se hizo a un lado y siguió de largo.
Entonces Jesús se reunió aparte con los doce y les dijo: «Ahora vamos camino a Jerusalén. Allí se cumplirá todo lo que los profetas escribieron acerca del Hijo del hombre.