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Jueces 7:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Dividió a los trescientos hombres en tres grupos. Le dio a cada hombre una trompeta y un jarrón con una antorcha encendida dentro de él.

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Biblia Reina Valera 1960

Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que dividió a los trescientos hombres en tres grupos y le dio a cada hombre un cuerno de carnero y una vasija de barro con una antorcha adentro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Dividió a los trescientos hombres en tres grupos. A todos les pasó cuernos y cántaros vacíos con antorchas dentro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y repartió los trescientos hombres en tres escuadrones, y puso un shofar en mano de cada uno de ellos, y cántaros vacíos con antorchas dentro de los cántaros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dividió a los trescientos hombres en tres grupos y entregó a todos ellos trompetas y cántaros vacíos, con teas dentro de los cántaros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, puso trompetas en las manos de todos ellos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros.

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Jueces 7:16
6 Tagairtí Cros  

Esperó hasta la noche y los atacó por sorpresa, los derrotó y los persiguió hasta Hobá, que queda al norte de Damasco.


La tercera parte de los soldados quedó bajo el mando de Joab; otra tercera parte, bajo el mando de Abisay (hermano de Joab, hijo de Sarvia), y la otra tercera parte, bajo el mando de Itay el guitita. El rey quería dirigir al pueblo,


Pero este precioso tesoro lo guardamos en una vasija de barro. Es así para que sea obvio que este glorioso poder viene de Dios y no de nosotros.


Cuando Gedeón escuchó el sueño y su interpretación, se puso en pie allí mismo para adorar al Señor. Luego regresó junto a sus hombres y gritó: ―Levántense, que el Señor va a usarnos para vencer a los madianitas.


Entonces les expuso su plan. «Cuando lleguemos junto al campamento —les dijo—, hagan lo que yo haga.


Al día siguiente, muy temprano, Saúl llegó. Tras dividir al ejército en tres columnas, lanzó un ataque sorpresivo sobre los amonitas y durante toda la mañana estuvo diezmando al enemigo. La persecución fue tan tenaz, que no quedaron juntos ni siquiera dos.