El ángel del Señor la encontró en el desierto, junto a un pozo que se halla en el camino que va hacia la región de Sur,
Jueces 6:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Un día el ángel del Señor vino y se sentó bajo la encina de Ofra, en las tierras de Joás el abiezerita. Y su hijo Gedeón había estado trillando el trigo a mano en el fondo de un lagar para esconderlo de los madianitas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Biblia Nueva Traducción Viviente Después el ángel del Señor vino y se sentó debajo del gran árbol de Ofra que pertenecía a Joás, del clan de Abiezer. Gedeón, hijo de Joás, estaba trillando trigo en el fondo de un lagar para esconder el grano de los madianitas. Biblia Católica (Latinoamericana) El ángel de Yavé se fue a sentar bajo el terebinto que está en Ofra y que pertenecía a Joas, del clan de Abiezer. Gedeón, su hijo, estaba trillando el trigo en el lagar para esconderlo de los madianitas. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces, el ángel de YHVH vino y se sentó bajo la encina que está en Ofra, que era de Joás abiezerita. Y su hijo Gedeón° estaba desgranando espigas en el lagar para esconderlo de los madianitas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vino el ángel de Yahveh y se sentó bajo el terebinto de Ofrá, que pertenecía a Joás de Abiezer, mientras Gedeón, su hijo, estaba majando trigo en el lagar, para ponerlo a salvo de los madianitas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino el Ángel de Jehová, y se sentó debajo de una encina que está en Ofra, la cual pertenecía a Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. |
El ángel del Señor la encontró en el desierto, junto a un pozo que se halla en el camino que va hacia la región de Sur,
Él es el Ángel que me ha librado de todo mal. Que estos muchachos hagan perpetua la memoria de mi nombre y la de mis padres Abraham e Isaac, y que lleguen a ser una nación grande.
Entonces Elías fue y halló a Eliseo, mientras este araba un campo. Dirigía la última de las doce yuntas que estaban trabajando. Elías se acercó a él, le puso el manto en sus hombros y se alejó.
y los libró de todas sus aflicciones. No fue ningún enviado del Señor, sino que él en persona, motivado por su amor y piedad, los redimió, los levantó y los condujo todos aquellos años antiguos.
¿Qué más tengo que decir? Me faltaría tiempo para hablar de la fe de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel, y de todos los profetas.
Los clanes de Abiezer, Jélec, Asriel, Siquén, Héfer y Semidá, hijos de Manasés, recibieron tierras en el lado occidental del Jordán.
La mujer corrió y se lo contó a su marido: ―Un varón de Dios se me apareció. Pienso que debe ser el ángel del Señor, porque tenía un aspecto muy glorioso. No le pregunté de dónde era, y él no me dijo su nombre,
»Pero el ángel del Señor lanzó una maldición sobre Meroz. “Que el Señor los castigue con dureza”, dijo, “porque no vinieron a ayudar al Señor contra sus enemigos”.
El ángel del Señor se le apareció y le dijo: ―Varón valiente y fuerte, el Señor está contigo.
Gedeón respondió: ―Dios permitió que ustedes capturaran a Oreb y Zeb, los generales del ejército de Madián. ¿Qué he hecho yo en comparación con eso? Las acciones de ustedes al final de la batalla fueron más importantes que las nuestras al comienzo. Entonces ellos se calmaron.
Los llevó hasta la casa de su padre en Ofra, y allí sobre una piedra, dieron muerte a sus setenta medio hermanos, salvo a Jotán, el menor, que escapó y se escondió.