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Jueces 4:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Mientras tanto, Sísara había escapado a refugiarse en la tienda de Jael, esposa de Héber el quenita, porque había un pacto de ayuda mutua entre el rey Jabín de Jazor y el clan de Héber.

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Biblia Reina Valera 1960

Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael mujer de Heber ceneo; porque había paz entre Jabín rey de Hazor y la casa de Heber ceneo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras tanto, Sísara corrió hasta la carpa de Jael, la esposa de Heber, el ceneo, porque la familia de Heber tenía amistad con el rey Jabín, de Hazor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Sísera había huido a pie hasta la tienda de Yael, mujer de Jeber el quenita, porque reinaba la paz entre Yabin, rey de Hasor, y Jeber el quenita.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Sísara, pues, había huido a pie hasta la tienda de Jael, mujer de Heber ceneo, porque había paz entre Yabín rey de Hazor y la casa de Heber ceneo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Sísara huyó a pie hacia la tienda de Yael, esposa de Jéber, el quenita, pues había paz entre Yabin, rey de Jasor y la casa de Jéber, el quenita.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, esposa de Heber cineo; porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el cineo.

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Jueces 4:17
14 Tagairtí Cros  

Dios derrama su desprecio sobre los príncipes y los hacen vagar sin rumbo por los desiertos;


Que su banquete se convierta en trampa, y su seguridad en lazo.


El orgulloso será humillado, pero el humilde será honrado.


¡Para ellos no hay paz!, dice mi Dios.


Ese día, ¡hasta el más valiente de todos tendrá que huir desnudo!». Lo ha dicho el Señor.


Barac y sus hombres persiguieron a sus enemigos y a los carros hasta Jaroset Goyin, hasta que todo el ejército de Sísara fue destruido. Ni un solo hombre quedó vivo.


Jael salió a encontrar a Sísara y le dijo: ―Entra en mi tienda, señor. Estarás a salvo bajo nuestra protección. No tengas miedo. Él entró en la tienda y ella lo cubrió con una frazada.


»¡Bendita sea Jael, la esposa de Héber el quenita! ¡Sea ella bendita por sobre todas las amas de casa!


»En los días de Samgar y de Jael, los principales caminos quedaron desiertos. Los viajeros usaban senderos estrechos y tortuosos.