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Jueces 21:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Los jefes de Israel habían jurado en Mizpa que no permitirían que sus hijas se casaran con hombres de la tribu de Benjamín.

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Biblia Reina Valera 1960

Los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los israelitas habían jurado en Mizpa: «Nunca daremos nuestras hijas en matrimonio a ningún hombre de la tribu de Benjamín».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los israelitas habían hecho este juramento en Mispá: 'Ninguno de nosotros dará su hija en matrimonio a alguien de Benjamín'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los hombres de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los hombres de Israel habían hecho este juramento en Mispá: 'Ninguno de nosotros entregará su hija por esposa a los de Benjamín'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por esposa.

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Jueces 21:1
19 Tagairtí Cros  

pues él está en el cielo y tú aquí abajo en la tierra; sean, pues, pocas tus palabras.


y si juras pertenecerme sólo a mí, el Dios viviente, e inicias una vida buena, honrada y limpia, serás testimonio para las naciones del mundo y estas acudirán a mí y servirán también para difundir mi gran fama!


Jeremías volvió entonces a donde estaba Guedalías y vivió en Judá con el pueblo que se había quedado en el país.


aunque me pidas la mitad del reino. Esto se lo prometió bajo juramento.


Por la mañana, los judíos planearon matar a Pablo. Juraron que no comerían ni beberían hasta lograrlo.


Yo conozco el celo que sienten por la causa de Dios, pero se trata de un celo equivocado.


Entonces toda la nación de Israel envió a sus dirigentes y a cuatrocientos cincuenta mil hombres para que se reunieran delante del Señor en Mizpa. Vinieron desde Dan, desde Berseba y de todos los lugares intermedios, y desde el otro lado del Jordán, de la tierra de Galaad.


Entonces los israelitas regresaron y mataron a toda la población de la tribu de Benjamín, hombres, mujeres, niños y ganado, e incendió todas las ciudades y pueblos de aquella tierra.


Y como un solo hombre respondieron: ―Ninguno de nosotros regresará a casa


Pero no podemos darles nuestras hijas, hemos jurado con voto solemne que cualquiera que lo haga será maldito de parte de Dios».


Y cuando sus padres y hermanos vengan a protestar, les diremos: “Por favor, sean comprensivos, y dejen que ellos tengan a sus hijas porque no hallamos suficientes esposas para ellos cuando destruimos Jabes Galaad, y ustedes no podían darles sus hijas a ellos sin ser culpables”».


Y decían entre ellos: «¿Hubo alguna tribu de Israel que no estuviera representada cuando tuvimos nuestro consejo delante del Señor en Mizpa?». En aquella ocasión se había acordado por juramento solemne que quien se negara a asistir «debía morir».


¿Cómo conseguiremos mujeres para los pocos que quedan, puesto que hemos jurado al Señor que no les daremos nuestras hijas?».


Aquel día Saúl había declarado: «Caiga una maldición sobre cualquiera que coma algo antes de la tarde, antes que yo haya completado la venganza sobre mis enemigos».