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Hechos 23:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 Por la mañana, los judíos planearon matar a Pablo. Juraron que no comerían ni beberían hasta lograrlo.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Venido el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 A la mañana siguiente, un grupo de judíos se reunió y se comprometió mediante un juramento a no comer ni beber hasta matar a Pablo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Al amanecer se reunieron algunos judíos y se comprometieron con juramento a no comer ni beber hasta dar muerte a Pablo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Cuando se hizo de día, los judíos° tramaron un complot, y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no habían de comer ni beber hasta que mataran a Pablo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Al hacerse de día, tuvieron los judíos una reunión y se juramentaron, prometiendo no comer ni beber hasta que hubieran dado muerte a Pablo.

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Hechos 23:12
33 Tagairtí Cros  

Pero cuando ellos lo vieron, lo reconocieron a la distancia y decidieron matarlo.


ella le envió este mensaje a Elías: «¡Te juro por mis dioses, que mañana, a esta misma hora, tú serás hombre muerto! ¡Así como mataste a mis profetas, yo te mataré a ti!».


«¡Que el Señor me mate, si hoy mismo no le corto la cabeza a Eliseo hijo de Safat!» exclamó el rey.


Todos, pues, de corazón, estuvimos de acuerdo con este pacto y prometimos, bajo pena de maldición, y bajo juramento, guardar y cumplir los mandamientos, ordenanzas y estatutos que el Señor nuestro Dios nos dio por medio de su siervo Moisés.


Mardoqueo se enteró y le dio la información a la reina Ester, la que a su vez la transmitió al rey, en nombre de Mardoqueo.


Son muchos los rumores que he oído acerca de mí, y estoy rodeado de terror. Se han confabulado contra mí mis enemigos, porque traman quitarme la vida.


Yo había estado tan confiado como oveja o buey camino del matadero, que no sabe lo que le espera. ¡No sabía que tramaban mi muerte! «Acabemos con este hombre y todos sus mensajes», decían, «matémoslo para que de él no quede ni el recuerdo».


El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: Tanto ustedes como sus esposas han dicho que jamás renunciarán a su devoción y práctica de rendir homenaje a la «Reina del Cielo» y así lo han demostrado con sus actos. ¡Pues adelante; cumplan las promesas y votos que le han hecho!


Ninguno que haya sido sentenciado a muerte podrá pagar por su rescate, sino que deberá morir.


Por respuesta, Pedro se puso a maldecir y a jurar que no lo conocía. Pero mientras hablaba, el gallo cantó


Y la turba le respondió: ―¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!


Eran más de cuarenta los hombres que tomaron parte en este plan.


Fueron ante los jefes de los sacerdotes y los ancianos y les dijeron: ―Nosotros hemos jurado que no comeremos nada hasta que matemos a Pablo. Que nos caiga una maldición si esto no es así.


No les haga caso. En el camino habrá más de cuarenta hombres escondidos que lo estarán esperando. Ellos han jurado que no comerán ni beberán hasta que lo hayan matado, y que les caerá una maldición si no lo hacen. Ya están listos, sólo esperan que usted les conceda lo que le piden.


Cuando me avisaron de los planes que tenían en contra de este hombre, decidí enviarlo a usted de inmediato. Les ordené a los que lo acusan que presenten ante usted los cargos que tienen contra él.


Le pidieron a Festo con insistencia que les hiciera el favor de que Pablo fuera llevado a Jerusalén. Ellos planeaban matarlo cuando viniera en camino.


Después de muchos días, los judíos decidieron matarlo,


pero el plan llegó a oídos de Saulo. Y como sus enemigos vigilaban día y noche las puertas de la ciudad para matarlo,


Si alguien no ama al Señor, que Dios lo maldiga. ¡Ven, Señor nuestro!


He recorrido muchos caminos. Muchas veces he estado en peligro de sucumbir en ríos, a mano de ladrones o de judíos iracundos, y también de los gentiles. He pasado por peligros en la ciudad, en el campo, en el mar y entre falsos hermanos.


Cristo nos redimió de la maldición de la ley, tomando sobre sí mismo la maldición por amor a nosotros. Porque dicen las Escrituras que es «maldito el que es colgado en un madero».


pues tratan de que nosotros no anunciemos el mensaje de salvación a los que no son judíos. Así llegan siempre al colmo de su pecado. Pero Dios los castigará duramente.


Entonces Josué lanzó una terrible maldición sobre cualquiera que reedificara la ciudad de Jericó. Advirtió que cuando fueran puestos los cimientos, el hijo mayor del constructor moriría, y cuando fueran colocadas las puertas moriría el hijo menor.


Hubo un gran pecado entre los israelitas. Alguien desobedeció el mandato de Dios de destruir todo salvo lo que estaba reservado para los tesoros del Señor. Acán, hijo de Carmí, nieto de Zabdí y bisnieto de Zera, de la tribu de Judá, tomó parte del botín para sí, y el Señor se enojó con toda la nación a causa de esto.


El que haya robado lo que pertenece al Señor será quemado junto con todo lo que tiene, porque ha violado el pacto del Señor y ha traído calamidades sobre Israel.


Aquel día Saúl había declarado: «Caiga una maldición sobre cualquiera que coma algo antes de la tarde, antes que yo haya completado la venganza sobre mis enemigos».


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