Los malvados no comprenden la justicia, pero los que siguen al Señor entienden todo.
Juan 8:43 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¿Por qué no entienden lo que les hablo? Porque no pueden aceptar mi mensaje. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Por qué no pueden entender lo que les digo? ¡Es porque ni siquiera toleran oírme! Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Por qué no entienden mi lenguaje? Porque no pueden acoger mi mensaje. La Biblia Textual 3a Edicion ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis oír° mi palabra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Es que no podéis escuchar mi palabra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. |
Los malvados no comprenden la justicia, pero los que siguen al Señor entienden todo.
¡Qué insensatez e ignorancia! Dios les ha cerrado los ojos para que no puedan ver y les ha cerrado el entendimiento.
Él dijo: ―¡Ve! Pero dile esto a mi pueblo: “Aunque una y otra vez oyen mis palabras, no quieren entenderlas. Por más que me ven hacer milagros repetidas veces, no quieren entender su significado”.
Pero, ¿quién escuchará cuando yo los prevengo? Tienen los oídos tapados y se niegan a escuchar. La palabra de Dios sólo les causa molestia, para nada les gusta.
Todo aquel que es sabio y prudente entenderá estas cosas. Todo aquel que es inteligente, que escuche y siga mis consejos. Pues los senderos del Señor son verdaderos y justos, y las personas buenas caminan por ellos. Pero la gente mala se pierde en sus propios malos pasos.
Pero ellas no conocen las intenciones del Señor, no tienen ni idea de sus planes. No saben que el Señor las juntará como si fueran manojos de espigas en la era para luego destruirlas.
porque tienen el corazón endurecido, no oyen bien y tienen los ojos cerrados. Por lo tanto, no verán ni oirán ni entenderán ni se convertirán ni dejarán que yo los sane”.
Les aseguro que ya viene la hora, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes no me aceptan. En cambio, si otro viniera por su propia cuenta, a ese sí lo aceptarían.
Al escucharlo, muchos de sus discípulos dijeron: «Esto que tú enseñas es muy difícil de aceptar. ¿Quién puede estar de acuerdo con eso?».
Si alguien se decide a hacer la voluntad de Dios, reconocerá si mis enseñanzas provienen de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta.
Ellos le contestaron: ―Nosotros somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Qué quieres decir con eso de que seremos libres?
Ellos respondieron: ―¡Nuestro padre es Abraham! Él les dijo: ―Si ustedes fueran en verdad sus hijos, harían lo que él hizo.
»¡Tercos! ¡Infieles! ¿Hasta cuándo van a estar resistiendo al Espíritu Santo? Claro, ¡de tal palo tal astilla!