El rey, tu señor, se deleita en tu belleza. Inclínate ante él con reverencia.
Juan 20:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Tomás dijo: ―¡Señor mío y Dios mío! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Mi Señor y mi Dios! —exclamó Tomás. Biblia Católica (Latinoamericana) Tomás exclamó: 'Tú eres mi Señor y mi Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Respondió Tomás y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tomás le respondió: '¡Señor mío y Dios mío!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Tomás respondió, y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! |
El rey, tu señor, se deleita en tu belleza. Inclínate ante él con reverencia.
Tu trono, oh Dios, permanece para siempre; la justicia en tu mano, es un cetro real.
En aquel día proclamará el pueblo: «Este es nuestro Dios, en quien confiamos, a quien hemos esperado. Ahora por fin está aquí». ¡Qué día de regocijo!
Bueno, el Señor mismo elegirá la señal: ¡Una joven dará a luz un niño! y ella le pondrá por nombre Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).
Porque nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo y él tendrá el gobierno sobre su hombro. Estos serán sus títulos de realeza: «Admirable», «Consejero», «Dios poderoso», «Padre eterno», «Príncipe de paz».
Presten atención a lo que el Señor Todopoderoso dice: «Yo enviaré a mi mensajero delante de mí, para que me prepare el camino. Entonces el Señor, a quien buscan, vendrá repentinamente a su templo. Sí, vendrá primero el mensajero que anuncia la alianza de Dios, a quienes ustedes desean».
Los otros discípulos, maravillados, se arrodillaron y le dijeron: ―¡No cabe duda de que eres el Hijo de Dios!
Los discípulos, después de adorarlo, regresaron a Jerusalén llenos de alegría.
Antes que nada existiera, ya existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios porque aquel que es la Palabra era Dios.
Jesús le dijo: ―María. Ella se volvió y le dijo: ―¡Raboni! (que en arameo significa: Maestro).
Luego le dijo a Tomás: ―Pon aquí tu dedo y mira mis manos. Trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino que debes creer.
Jesús le dijo: ―Tú has creído porque me has visto; dichosos los que no han visto y aun así creen.
Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida.
para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que se niega a honrar al Hijo, tampoco honra al Padre que lo envió.
No hay duda alguna de que lo que Dios ha revelado acerca de nuestra fe es muy grande: Cristo vino a la tierra como hombre, fue declarado inocente por el Espíritu, fue visto por los ángeles, fue predicado entre las naciones, creído en el mundo y recibido en la gloria.