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Juan 18:36 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Jesús contestó: ―Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis servidores pelearían para que no me entregaran a los judíos. Pero mi reino no es de este mundo.

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Biblia Reina Valera 1960

Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús contestó: —Mi reino no es un reino terrenal. Si lo fuera, mis seguidores lucharían para impedir que yo sea entregado a los líderes judíos; pero mi reino no es de este mundo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús contestó: 'Mi realeza no procede de este mundo. Si fuera rey como los de este mundo, mis guardias habrían luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reinado no es de acá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían° para que no fuera entregado a los judíos. Pero ahora mi reino no es de aquí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Respondió Jesús: 'Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi escolta habría luchado para que no fuera yo entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero ahora mi reino no es de aquí.

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Juan 18:36
14 Tagairtí Cros  

»Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido, al que nadie jamás podrá conquistar. Este reino de Dios destruirá a todos estos reinos, pero él mismo permanecerá estable para siempre.


Le dieron la facultad de gobernar, reinar y ser tratado con gran respeto en todos los pueblos, culturas y naciones del mundo, para que siguieran sus disposiciones. Su poder es inmenso, nunca se acabará, su gobierno jamás será destruido.


¡Regocíjate grandemente, pueblo mío! ¡Grita de alegría, Jerusalén! ¡Tu rey viene montado sobre un burrito! ¡Es un rey justo y humilde, y viene a salvarte!


¿No sabes que podría pedirle a mi Padre que me enviara doce mil ángeles y me los enviaría al instante?


Jesús le respondió: ―Hombre, ¿quién me ha puesto a mí de juez o árbitro entre ustedes?


Pilato le contestó: ―¿Acaso soy judío? Fue tu propio pueblo y los jefes de los sacerdotes los que te entregaron a mí. ¿Qué hiciste?


Jesús se dio cuenta de que querían llevárselo a la fuerza para hacerlo su rey, por lo que se retiró otra vez a la montaña él solo.


Ustedes juzgan según criterios humanos; yo, en cambio, no juzgo a nadie.


Después de todo, en el reino de Dios lo más importante no es comer ni beber, sino practicar la justicia y la paz y tener el gozo del Espíritu Santo.


Te ordeno en el nombre de Dios, que da vida a todas las cosas, y en el nombre de Cristo Jesús, que admirablemente dio testimonio delante de Poncio Pilato,