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Juan 15:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

El que no está unido a mí lo echan fuera y se seca. Así como le pasa a las ramas que se recogen, se echan al fuego y se queman.

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Biblia Reina Valera 1960

El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El que no permanece en mí es desechado como rama inútil y se seca. Todas esas ramas se juntan en un montón para quemarlas en el fuego.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al que no permanece en mí lo tiran y se seca; como a las ramas, que las amontonan, se echan al fuego y se queman.

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La Biblia Textual 3a Edicion

A no ser que alguien permanezca en mí, es echado fuera como el pámpano sin fruto,° que se seca. Y los recogen y los echan al fuego, y arden.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El que no permanece unido a mí es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; los recogen y echan al fuego y se queman.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Si alguno no permanece en mí, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

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Juan 15:6
20 Tagairtí Cros  

Para recogerlos hay que protegerse las manos, y una vez amontonados se echan al fuego y se queman».


No; las tinieblas lo envolverán para siempre; el aliento de Dios lo destruirá; el fuego consumirá cuanto posee.


¡Es la raíz que plantaste con tu diestra! ¡Es el vástago que has criado para ti!


pero tu cuerpo está tirado como si fuera rama desgajada; yace en un sepulcro abierto, cubierto por los cadáveres de los muertos en batalla; yace como carroña en el camino, pisoteado y deshecho por los cascos de los caballos.


Tus ciudades amuralladas quedarán silenciosas y vacías, abandonadas las casas, invadidas las calles por malas hierbas, y las vacas pacerán por la ciudad rumiando ramas y arbustos.


»El Señor Dios pregunta: ¿Dejará la primera águila que este árbol crezca y prospere, cuando en realidad es tan fácil arrancarla? ¡No, arrancaré hasta sus raíces, cortaré todas sus ramas y dejaré que sus hojas se marchiten y mueran!


enviaré a mis ángeles a arrancar del reino a los que tientan a los demás y a los que hacen el mal.


Entonces arrojó en el templo las piezas de plata y corrió a ahorcarse.


El hacha está lista para talar los árboles que no den fruto y arrojarlos al fuego.


Por eso los árboles que dan malos frutos se cortan y se queman.


Si alguna de mis ramas no da uvas, la corta; pero a todas las ramas que dan fruto, las poda para que den todavía más fruto.


Lo único que nos queda es esperar con terror el juicio, el fuego ardiente con el que Dios destruirá a sus enemigos.


Y si una persona que había escapado de la contaminación del mundo, por haber conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, vuelve a caer en ella, queda peor que antes.


Aunque salieron de entre nosotros, en realidad nunca fueron de los nuestros, porque si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. El hecho de que nos dejaran comprueba que no eran de los nuestros.


Y el que no estaba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.


Pero los cobardes, los incrédulos, los corruptos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que adoran ídolos y los mentirosos, serán arrojados al lago que arde con fuego y azufre, que es la segunda muerte».