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Juan 12:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entonces, María tomó un frasco como de medio litro de perfume de nardo puro, que era muy caro, y lo derramó sobre los pies de Jesús, secándoselos luego con sus cabellos. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

María, pues, tomó una libra de un perfume muy caro, hecho de nardo puro, le ungió los pies a Jesús y luego se los secó con sus cabellos, mientras la casa se llenaba del olor del perfume.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y Miriam, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho valor, ungió los pies de Jesús y los enjugó con sus cabellos,° y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

María, tomando una libra de perfume auténtico de nardo, de mucho precio, ungió los pies de Jesús y se los enjugó con los cabellos. La casa se llenó del aroma del perfume.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó de la fragancia del ungüento.

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Juan 12:3
16 Tagairtí Cros  

Él hizo un juramento ante el Señor, hizo votos al Poderoso de Jacob.


Lograr que deje de pelear es como detener el viento o retener aceite en la mano.


En su cama, el rey está hechizado por la fragancia de mi perfume.


¡Qué fragante es tu loción, y qué agradable tu nombre! Con razón te aman todas las doncellas.


Cuán dulce es tu amor, amada mía, novia mía, Cuánto mejor que el vino. Más fragante es el perfume de tu amor que las más ricas especias.


Pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la va a quitar.


Tú no me ungiste la cabeza con aceite, pero ella me ungió los pies con perfume.


María fue la que derramó perfume sobre los pies del Señor y luego los secó con sus cabellos.


Después de decir esto, Marta regresó a la casa y llamó a su hermana María. Le dijo en secreto: ―El Maestro está aquí y te llama.


Cuando María llegó a donde estaba Jesús y lo vio, se arrojó a sus pies y le dijo: ―Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.


También Nicodemo, el que había visitado a Jesús de noche, llegó con unos treinta y cuatro kilos de una mezcla de mirra y áloe.