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Juan 11:40 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Jesús le respondió: ―¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?

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Biblia Reina Valera 1960

Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús respondió: —¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús le respondió: '¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Jesús le dice: ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jesús le responde: '¿No te dije que, si crees, verás la gloria de Dios?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?

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Juan 11:40
15 Tagairtí Cros  

A la mañana siguiente, bien de madrugada, salieron hacia el desierto de Terna. En el camino, Josafat se detuvo y dijo: «Pueblo de Judá y de Jerusalén, escuchen: ¡Crean en el Señor, el Dios de ustedes, y tendrán éxito! ¡Crean a sus profetas, y les irá bien!».


¡Te he visto en tu santuario y he contemplado tu fortaleza y gloria,


Que volvamos a ver tus milagros; que nuestros hijos vean maravillas; como las que antes hacías.


En la mañana verán la gloria del Señor, quien ha oído sus quejas contra él. Sí, contra él es que ustedes se están quejando, pues nosotros sólo somos sus representantes. El Señor les dará a comer carne en la tarde y pan abundante por la mañana. Él ya escuchó sus quejas, pues no es contra nosotros que ustedes se han quejado, sino contra él. ¡Nosotros no somos nadie!


―Porque tienen muy poca fe —les respondió Jesús—. Si tuvieran siquiera una fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a aquella montaña que se quitara de en medio y se quitaría. Nada les sería imposible.


―¿Que si puedo? —dijo Jesús—. Cualquier cosa es posible si crees.


Y la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que le pertenece al Hijo único del Padre, en el que abundan el amor y la verdad.


Jesús oyó esto y dijo: ―Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que servirá para darle la gloria a Dios, y para que también le den la gloria al Hijo de Dios.


Isaías dijo esto porque vio la gloria de Jesús y habló de él.


Jesús les respondió: ―Ni por el pecado de él ni por el de sus padres, sino para que todos vean lo que Dios hace en la vida de él.


En realidad, nuestra vieja naturaleza quedó sepultada con Jesús en el bautismo. Y así como Dios el Padre, con su poder glorioso, lo volvió a la vida, también así a nosotros nos levantó para que viviéramos una nueva vida.


Así que todos nosotros, con el rostro descubierto, reflejamos la gloria del Señor como si fuéramos espejos. Y el Espíritu del Señor nos va transformando de gloria en gloria, y cada vez nos parecemos más a él.


Porque Dios, que dijo: «Resplandezca la luz en las tinieblas», hizo brillar su luz en nuestros corazones y nos ha hecho comprender que es el resplandor de su gloria lo que brilla en el rostro de Cristo.