»Yo bautizo con agua a los que se arrepienten de sus pecados; pero después de mí vendrá alguien que es más poderoso que yo y él bautizará con el Espíritu Santo y fuego. ¡Yo ni siquiera soy digno de desatar sus zapatos!
Juan 1:27 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 que viene después de mí. A él, yo ni siquiera merezco desatarle la correa de las sandalias. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. Biblia Nueva Traducción Viviente Aunque su servicio viene después del mío, yo ni siquiera soy digno de ser su esclavo, ni de desatar las correas de sus sandalias. Biblia Católica (Latinoamericana) y aunque viene detrás de mí, yo no soy digno de soltarle la correa de su sandalia. La Biblia Textual 3a Edicion el que viene después de mí,° de quien no soy digno de desatar la correa de su sandalia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 el que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de la sandalia'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Él es el que viniendo después de mí, es antes de mí; del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. |
»Yo bautizo con agua a los que se arrepienten de sus pecados; pero después de mí vendrá alguien que es más poderoso que yo y él bautizará con el Espíritu Santo y fuego. ¡Yo ni siquiera soy digno de desatar sus zapatos!
Predicaba de esta manera: «Pronto vendrá alguien más poderoso que yo, y ni siquiera soy digno de agacharme ante él para desatar la correa de sus sandalias.
Juan entonces les respondió a todos: ―Yo los bautizo a ustedes con agua. Pero pronto viene uno que es más poderoso que yo y él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Yo ni siquiera merezco desatarle las correas de sus sandalias.
Juan habló de él y, a voz en cuello, gritó: «Este es del que yo les había dicho que venía después de mí. Pero él es más importante que yo, porque existía antes que yo».
Él es aquel de quien dije: “Después de mí viene un hombre que es más importante que yo, porque existía antes que yo”.
Mucha gente iba a verlo y decían: «Juan nunca hizo ninguna señal milagrosa, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad».
Al final de su carrera, Juan declaró: “¿Creen ustedes acaso que soy el Mesías? ¡No! Pero él vendrá pronto. En comparación con él yo no valgo nada”.
Entonces Pablo les explicó que el bautismo de Juan era para el arrepentimiento, y que Juan había enseñado que era necesario creer en aquel que venía después de él, es a saber, Jesús el Mesías.