Pero aquel día ninguna arma que se vuelva contra ti triunfará, y se te hará justicia contra toda calumnia que se esgrima en los tribunales. Esta es la herencia de los siervos del Señor, esta es la bendición que te he dado, dice el Señor.
Josué 24:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero yo no le presté atención, sino hice que los bendijera, y así libré a Israel de sus manos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas yo no quise escuchar a Balaam, por lo cual os bendijo repetidamente, y os libré de sus manos. Biblia Nueva Traducción Viviente pero yo no lo quise escuchar. En cambio, hice que Balaam te bendijera y entonces te rescaté de Balac. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero no quise escuchar a Balaam y tuvo que bendecirlos: así fue como los libré de sus manos. La Biblia Textual 3a Edicion Pero no quise escuchar a Balaam, y él tuvo que bendeciros,° y os libré de su mano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero no quise escuchar a Balaán; por el contrario, tuvo que bendeciros, y yo os libré de su mano. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero yo no quise escuchar a Balaam y él tuvo que bendeciros; así os libré yo de sus manos. |
Pero aquel día ninguna arma que se vuelva contra ti triunfará, y se te hará justicia contra toda calumnia que se esgrima en los tribunales. Esta es la herencia de los siervos del Señor, esta es la bendición que te he dado, dice el Señor.
Pueblo mío, ¿no te acuerdas que cuando Balac, rey de Moab, trató de destruirte por medio de las maldiciones de Balán, hijo de Beor, y que yo, en lugar de ello, hice que este profeta te bendijera y te expresara un gran futuro? Bien sabes que te he mostrado mi misericordia múltiples veces. ¿Es que acaso no recuerdas cómo dividí el torrente del río Jordán para que pasaras en seco de la orilla de Sitín a la de Guilgal? ¡Recuerda las obras extraordinarias que he hecho siempre en tu favor!».
El ángel le dijo: ―Ve con esos hombres, pero hablarás solamente lo que yo te diga. Balán, siguió con ellos.
Pero el Señor tu Dios no oyó a Balán, sino que convirtió en bendición la maldición concebida contra ti porque el Señor tu Dios te ama.
Luego ustedes cruzaron el río Jordán y entraron en Jericó. Los hombres de Jericó pelearon contra ustedes, y así lo hicieron también otros pueblos: los amorreos, los ferezeos, los cananeos, los hititas, los gergeseos, los heveos y los jebuseos. Uno por uno pelearon contra ustedes, pero yo los destruí a todos.