Vivían en una región cuyo límite, a un lado, era Betel y sus pueblos cercanos; por el oriente limitaba con Narán; por el occidente, con Guézer y sus aldeas, y finalmente con Siquén y sus aldeas, hasta llegar a Ayah y sus aldeas.
Josué 16:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 De Janoa volvía hacia al sur hacia Atarot y Nará, y tocando Jericó terminaba en el río Jordán. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 De Janoa desciende a Atarot y a Naarat, y toca Jericó y sale al Jordán. Biblia Nueva Traducción Viviente De Janoa, giraba hacia el sur hasta Atarot y Naarat, tocaba Jericó y terminaba en el río Jordán. Biblia Católica (Latinoamericana) Descendía de Janoa hasta Atarot y Naara, pasaba por Jericó para terminar en el Jordán. La Biblia Textual 3a Edicion Desde Janoa descendía a Atarot y a Naarat, tocaba en Jericó y terminaba en el Jordán. Biblia Serafín de Ausejo 1975 De Yanóaj bajaba a Atarot y Naaratá, tocaba en Jericó y terminaba en el Jordán. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y de Janoa desciende a Atarot, y a Naara, y toca en Jericó, y sale al Jordán. |
Vivían en una región cuyo límite, a un lado, era Betel y sus pueblos cercanos; por el oriente limitaba con Narán; por el occidente, con Guézer y sus aldeas, y finalmente con Siquén y sus aldeas, hasta llegar a Ayah y sus aldeas.
y finalmente llegaron a la llanura de Moab junto al río Jordán, frente a Jericó.
y luego hasta el mar Mediterráneo. El límite norte comenzaba en el mar, seguía hacia el oriente más allá de Micmetat, y luego pasaba hasta Tanat Siló y Janoa.
repentinamente, lejos de allí, en la ciudad de Adán, cerca de Saretán, el agua comenzó a amontonarse como si hubiera un dique. Después de este punto, el agua siguió corriendo hasta el Mar Salado, de modo que el lecho del río quedó seco. Entonces todo el pueblo cruzó el río por la parte que estaba cerca de la ciudad de Jericó,
Los habitantes de Jericó mantenían las puertas de la ciudad bien cerradas porque tenían miedo de los israelitas. Nadie podía salir ni entrar. Entonces el Señor le dijo a Josué:
Entonces Josué lanzó una terrible maldición sobre cualquiera que reedificara la ciudad de Jericó. Advirtió que cuando fueran puestos los cimientos, el hijo mayor del constructor moriría, y cuando fueran colocadas las puertas moriría el hijo menor.