Cuando David vio al ángel, le dijo al Señor: «Yo soy el que ha pecado. ¿Qué han hecho estas ovejas? ¡Que tu ira se encienda solamente contra mí y contra mi familia!».
Jonás 1:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―Arrójenme al mar —les dijo— y el mar se aquietará nuevamente. Porque yo sé que esta tormenta ha venido por mi culpa. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Él les respondió: Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente —Échenme al mar —contestó Jonás— y volverá la calma. Yo sé que soy el único culpable de esta terrible tormenta. Biblia Católica (Latinoamericana) Jonás les contestó: 'Llévenme y arrójenme al mar, y éste se calmará, porque sé que por culpa mía les ha sobrevenido esta tempestad. La Biblia Textual 3a Edicion Y él respondió: Alzadme en vilo y arrojadme al mar, y se os calmará, pues yo sé que por mi causa os ha sobrevenido esta gran tempestad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él les respondió: 'Alzadme en vilo y tiradme al mar, y el mar se os apaciguará; pues sé que por mi causa os ha sobrevenido esta tempestad'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Él les respondió: Tomadme, y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros. |
Cuando David vio al ángel, le dijo al Señor: «Yo soy el que ha pecado. ¿Qué han hecho estas ovejas? ¡Que tu ira se encienda solamente contra mí y contra mi familia!».
Y David le dijo a Dios: «Yo fui el que pecó al dar la orden de hacer el censo. Pero, ¿qué han hecho estas ovejas? Señor, Dios mío, castígame a mí y a mi familia, pero no sigas castigando a tu pueblo».
Tus pecados pueden dañar a otro hombre, o tus buenas acciones causarle provecho.
La sabiduría es mejor que el armamento, pero una manzana podrida echa a perder todas las de una cesta.
Dinos, ¿qué debemos hacer contigo para detener la tormenta? Porque el mar se embravecía más y más.
Los marineros trataron de hacer volver la nave a tierra, remando arduamente, pero fue imposible. El mar estaba demasiado embravecido y no lo podían vencer.
No entienden que es mejor que un solo hombre muera por el pueblo, y no que la nación entera sea destruida.
El ángel me dijo: “No tengas miedo, Pablo. Porque tienes que presentarte ante el emperador. Y por ti, Dios les conservará la vida a todos los que están contigo en el barco”.
Por esta razón Israel está siendo derrotado, por esta razón tus hombres están huyendo delante de sus enemigos. ¡Están malditos! No permaneceré con ustedes a menos que se libren completamente de este pecado.