¡Ni uno de estos conspiradores de Anatot escapará con vida, porque sobre ellos traeré una desgracia espantosa! ¡Ya les llegará su hora!
Jeremías 6:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Por más que se escondan serán encontrados y castigados, ha dicho el Señor de los ejércitos. Porque con el mismo cuidado que el vendimiador examina la viña por si algo se le ha quedado, así serán buscados los que queden. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Así dijo Jehová de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid el resto de Israel; vuelve tu mano como vendimiador entre los sarmientos. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: «Aun los pocos que permanezcan en Israel serán nuevamente recogidos, como cuando el que cosecha revisa cada vid por segunda vez para recoger las uvas que no se cortaron». Biblia Católica (Latinoamericana) Así dice Yavé: 'Busquen y rebusquen como en una viña lo que queda de Israel; vuelvan a pasar su mano, como lo hace el vendimiador, por los sarmientos. La Biblia Textual 3a Edicion Así dice YHVH Sebaot: Rebuscarán completamente el resto de Israel cual rebuscos de una vid: ¡Vuelve otra vez tu mano a los sarmientos, Como quien recoge las uvas! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Así dice Yahveh Sebaot: Rebusca, rebusca, como en una viña, lo que queda de Israel; vuelve a pasar tu mano, como el vendimiador, por los sarmientos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así dice Jehová de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid al remanente de Israel; vuelve tu mano como vendimiador a los cestos. |
¡Ni uno de estos conspiradores de Anatot escapará con vida, porque sobre ellos traeré una desgracia espantosa! ¡Ya les llegará su hora!
Ahora envío a llamar a muchos pescadores para que los pesquen de lo profundo en donde se ocultan de mi gran cólera, dice el Señor. Envío a buscar cazadores para que los persigan como a venados en el bosque o cabras monteses en riscos inaccesibles. Adondequiera que corran huyendo de mi juicio, los hallaré y los castigaré.
Los vendimiadores dejan unas cuantas uvas para los pobres; ni siquiera los ladrones se lo llevan todo, ¡pero yo dejaré desnuda la tierra de Esaú, y no habrá donde esconderse! Sus hijos e hijas, hermanos, vecinos —todos serán destruidos— y ella también perecerá.
Y los que de esta malvada nación queden aún con vida anhelarán la muerte antes que vivir en donde yo los dejaré abandonados, dice el Señor de los ejércitos.
Inmediatamente del altar salió otro ángel que tenía poder para destruir el mundo con fuego, y le gritó al ángel que tenía la hoz: «¡Corta los racimos de los viñedos del mundo, porque ya las uvas están completamente maduras!».